E| Ambystoma altamirani, mejor conocido como ajolote arroyero, es un anfibio endémico de las montañas del Estado de México, donde está amenazado por la contaminación del medio acuático en el que vive, debido a la extracción de agua limpia y la descarga de aguas residuales. Para salvarlo de esa situación, biólogos especializados de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), impulsan una ley para proteger a esta valiosa especie y a su entorno, incluyendo arroyos, lagunas, bosques, así como a otras especies animales de su hábitat.

Estos fascinantes animales son famosos por su capacidad de regeneración extraordinaria. Pueden regenerar partes de su cuerpo, incluidos los miembros perdidos.Shutterstock

El nombre del ajolote proviene del náhuatl axolotl, que suele traducirse como “perro de agua” o “monstruo del agua”. Se trata de un anfibio urodelo (con cola), por lo regular de color marrón o grisáceo moteado, cuyo tamaño promedio es de 11.5 cm (incluyendo la cola) y peso, de entre 32 y 45 gramos. Su principal hábitat son los arroyos, donde se alimenta básicamente de insectos acuáticos y terrestres, y su forma de reproducción es ovípara.

Por su carismático aspecto y su asombrosa capacidad de regeneración como organismo, el Ambystoma altamirani también está amenazado por la depredación humana para su venta como alimento, mascota y ornamento, amén de que es objeto de captura para la investigación científica. A los peligros para su sobrevivencia se le suman la depredación por cuenta de aves y reptiles, así como la invasión de su hábitat por parte de especies de peces ajenas al mismo.

A pesar de su apariencia exótica, los ajolotes enfrentan graves amenazas debido a la pérdida de hábitat, la contaminación del agua y el comercio ilegal de mascotas.Wikimedia Commons

De ahí que investigadores de la FES Iztacala, liderados por el doctor Diego Chaparro Herrera, promuevan la Ley Especial para la Preservación del Ajolote en el Estado de México, cuanto más que no existe ninguna norma de protección al respecto. La información para la iniciativa legal es fruto del trabajo de los estudiantes Citlali Vargas (posgrado de Ciencias Biológicas) y Daniel Camacho (licenciatura en Biología), a fin de “analizar la calidad del agua en que se desenvuelve el ajolote y su red trófica (de alimentación)”, explica Chaparro Herrera.

Agrega que para el análisis realizado en la zona de muestreo (Villa del Carbón, Estado de México) “se midió oxígeno disuelto, porcentaje de oxígeno, pH, conductividad, nutrientes, materia orgánica y estudios bacteriológicos. Encontramos que se trata de un agua que aún tiene buena calidad, a pesar de los contaminantes que ahí llegan; aunque nos hemos percatado que la contaminación empieza a incrementarse, además de la extracción indiscriminada del agua”. En conclusión “se está a tiempo de actuar por la preservación y generar un área natural protegida, mediante una ley federal”.

Por Agencias