El martes, la Alianza para los Derechos de los Artistas (Artist Rights Alliance o ARA) difundió una carta pública que critica la inteligencia artificial (IA), firmada por más de 200 artistas musicales, entre ellos Pearl Jam, Nicki Minaj, Billie Eilish, Stevie Wonder, Elvis Costello y los herederos de Frank Sinatra. En el documento, piden a los desarrolladores, empresas tecnológicas, plataformas y servicios de música digital que dejen de utilizar dicha tecnología para “infringir y devaluar los derechos de los artistas humanos”. Un tuit de la ARA añadía que la IA supone una “amenaza para la existencia” de su arte.
La autodenominada «música informática» explica por qué los clones vocales de IA ayudan a dar a los artistas la soberanía sobre su trabajo.
Los artistas visuales comenzaron a protestar por la llegada de la IA generativa tras la aparición de los primeros generadores de imágenes para uso generalizado en 2022, y teniendo en cuenta que desde entonces se han emprendido investigaciones sobre esta tecnología para desarrollar otras modalidades de soportes creativos, hemos visto cómo esa protesta se extendía a profesionales de otros ámbitos, como escritores, actores, cineastas y, ahora, músicos.
“Cuando se utiliza de forma irresponsable, la IA plantea enormes amenazas a nuestra capacidad de proteger nuestra privacidad, identidades, música y sustentos”, indica la carta pública. En ella se denuncia que algunas de las compañías “más grandes y poderosas”, a las que no menciona, están aprovechando el trabajo de los creadores sin permiso para entrenar los modelos, con el objetivo de sustituir a los artistas humanos por contenidos creados por la IA.
La amenaza de la música creada con IA
En enero, Billboard informó que la investigación sobre IA que se estaba llevando a cabo en Google DeepMind había entrenado a un generador de música no identificado con un gran conjunto de datos protegidos por derechos de autor sin pedir autorización a los artistas. Es posible que ese reporte se refiriera a Lyria de Google, un modelo que la empresa presentó en noviembre como una herramienta para mejorar la creatividad humana. Desde entonces, la tecnología ha impulsado experimentos musicales de YouTube.
Anteriormente, a lo largo de 2022 y 2023, tanto en Ars Technica como en WIRED en Español hemos hablamos de generadores de música con IA que parecían bastante primitivos, como Riffusion, MusicLM de Google y Stable Audio de Stability AI. También hemos discutido sobre la tecnología de clonación de voz de código abierto para propósitos musicales o que se emplea con frecuencia para hacer parodias en internet. Aunque todavía no hemos visto un sistema de IA que sea capaz de crear música perfecta, compuesta íntegramente y de alta calidad por encargo, la calidad de los resultados de los modelos de síntesis musical no ha dejado de mejorar con el tiempo.
Al considerar el impacto potencial de la IA en la música, es útil recordar casos históricos en los que las innovaciones tecnológicas suscitaron inicialmente preocupación entre los artistas. Por ejemplo, la introducción de los sintetizadores en los sesenta y setenta, así como la llegada del sampling digital en los ochenta fueron objeto de escrutinio y temor por parte de la comunidad musical, pero la industria acabó por adaptarse.
Aunque el miedo a lo desconocido relacionado con la inteligencia artificial ha circulado bastante durante el último año, es posible que tales herramientas se integren en el proceso de producción musical como cualquier otro recurso o técnica anterior. También podría ocurrir que, aunque se produzca ese tipo de incorporación, algunos artistas salgan perjudicados en el camino, y la ARA quiere pronunciarse al respecto antes de que la tecnología siga avanzando.
El temor a que las computadoras sustituyan a los compositores es real. Pero algunos encuentran formas de aprovechar creativamente la inteligencia artificial generativa.
¿Regalías musicales para la IA?
La ARA es un grupo de defensa sin fines de lucro que se describe a sí misma como una “alianza de músicos, intérpretes y compositores activos que luchan por una economía creativa sana y un trato justo para todos los creadores en el mundo digital”.
Los firmantes de la carta abierta de la ARA reconocen el potencial de la IA generativa para impulsar la creatividad humana cuando se usa de forma responsable, pero también destacan que sustituir a los artistas con ella “diluiría considerablemente el fondo de regalías” que se paga a los artistas, lo que sería “catastrófico” para muchos músicos, intérpretes y compositores activos que intentan llegar a fin de mes.
