Un hombre de Dinamarca fue condenado hoy a 18 meses de prisión por utilizar cuentas falsas para engañar a los servicios de streaming de música para que le pagaran dos millones de coronas danesas (290,000 dólares) por regalías. El insólito caso revela un punto débil en el modelo de negocio de las mayores plataformas musicales del mundo.

El consultor de 53 años, que se había declarado inocente, fue procesado por fraude de identidad e infracción de derechos de autor tras emplear bots para escuchar su propia música a través de perfiles falsos tanto en Spotify como en Apple Music, cobrando regalías en el proceso. El delito tuvo lugar entre 2013 y 2019.


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Bots que engañan a plataformas de streaming

Las reproducciones falsas o “artificiales” son un gran problema para la industria del streaming. En 2021 se produjeron entre 1,000 y 3,000 millones de streams fraudulentos en plataformas de música populares, según un estudio del Centro Nacional de la Música de Francia. De acuerdo con la industria musical, son un verdadero inconveniente porque desvían los pagos de regalías de los artistas reales y contaminan los datos de las plataformas.

“Este es un ejemplo de un problema que se está convirtiendo en un lastre dentro de la industria musical”, declara Rasmus Rex Pedersen, profesor asociado de Comunicación en la Universidad de Roskilde (Dinamarca), que se dedica a la investigación en este sector. “Los servicios de streaming han tenido varios años para desarrollar herramientas que combatan este tipo de fraude y, al parecer, no han hecho un buen trabajo. Todavía hay servicios que anuncian la venta de reproducciones falsas”, añade.

En febrero, un tribunal de la ciudad danesa de Aarhus enjuició al hombre, cuyo nombre no se dio a conocer, acusándolo de usar bots para generar un número sospechosamente alto de reproducciones de 689 pistas, que había registrado como música propia. En una semana, se escucharon 244 pistas musicales 5.5 millones de veces, siendo 20 cuentas en las plataformas las responsables de la mayoría. El acusado había alegado anteriormente que estas reproducciones estaban relacionadas con su trabajo en la industria musical. Tiene previsto apelar, según declaró a WIRED su abogado, Henrik Garlik Jensen.

El hombre creó un software que reproducía la música automáticamente, sostiene Maria Fredenslund, CEO de la Alianza Danesa de Derechos, que protege la propiedad intelectual en internet y fue la primera en denunciar el caso a la policía. “Así que en realidad no escuchaba la música. Nadie la oyó de verdad”. Según la asociación, el acusado tenía 69 cuentas en servicios de streaming de música, 20 de ellas solo en Spotify. Debido a su red de perfiles, en un momento dado fue el cuadragésimo sexto músico con más ingresos de Dinamarca.

Aunque el acusado creó gran parte de la música él mismo, 37 pistas eran versiones modificadas de música folclórica danesa, en las que se había cambiado el tempo y el tono, añade Fredenslund, que asistió al juicio.

Por Agencias

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