¿Quién es el mayor asesino serial de México?

México se distingue por ser una tierra de profundas raíces históricas y un largo legado cultural; sin embargo, el país también tiene un lado oscuro dominado por el crimen y la violencia. La sociedad mexicana ha atestiguado delitos impactantes perpetrados por grupos delincuenciales y asesinos seriales de México.

Estos son algunos de los casos más notorios, analizando los perfiles y las acciones de los mayores inadaptados peligrosos de nuestro país.

Los mayores asesinos seriales de México: Abdel Latif Sharif, “El Chacal de Ciudad Juárez”

Entre 1994 y 1995, la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez se vio ensombrecida por uno de los mayores asesinos seriales de México conocido como “El Destripador” o “El Chacal de Juárez”. Abdel Latif Sharif era un inmigrante egipcio que perpetró una serie de crímenes, entre ellos, el secuestro, tortura, violación y asesinato de al menos una mujer; Silvia Rivera Salas desapareció en 1995 y su cuerpo se descubrió con señales de brutalidad.

A Sharif también se le acusó de al menos otros 17 asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, esto sumió a la ciudad en un estado de miedo y desconfianza. A pesar de la gravedad de sus actos, su sentencia sumó 30 años de prisión por solo uno de los homicidios. Murió de causas naturales mientras cumplía su pena en prisión.

Las prisiones mexicanas son centros de rehabilitación y contención que encierran historias criminales.Wikimedia Commons

Flor Cazarín González, “La Madrina”

En 2015 y 2016, la capital de Chihuahua se enteró de los horrores perpetrados por Flor Cazarín González, conocida como “La Madrina”. Su infamia se cimentó en delitos que combinaban engaño y violencia extrema. Se especializaba en acercarse a personas mayores y ancianos con tretas, ganándose su confianza antes de drogar a sus víctimas con clonazepam; esto daría paso a actos de robo y asesinatos brutales.

Los crímenes de Cazarín González incluían apuñalamientos, golpizas a muerte y estrangulamientos. Sin embargo, la justicia eventualmente la alcanzó y sentenció a 44 años de prisión por su participación en dos de estos atroces homicidios. Hoy se encuentra a la espera de más condenas, ya que se le atribuyen entre 20 y 25 víctimas más en el estado.

Gilberto Ortega Ortega, “El Caníbal de Chihuahua”

En 1997, la ciudad de Chihuahua se vio estremecida por Gilberto Ortega Ortega. Conocido como “El caníbal de Chihuahua”, este individuo era un antiguo policía del municipio de Belisario Domínguez, cuyas acciones sumieron a la comunidad en una pesadilla de atrocidades inimaginables.

Diagnosticado con esquizofrenia, A Ortega se le condenó por la muerte de dos niños de 11 años. En uno de los casos, llevó la crueldad a límites medievales al desmembrar viva a su víctima. Su condena llegó con 75 años de prisión; sin embargo, mientras estaba tras las rejas, Ortega confesó al menos otros 21 asesinatos, algunos de los cuales involucraban canibalismo. Estos otros crímenes aún no se comprueban por completo.

David Avendaño Ballina, líder de “Las Goteras”

Durante una década, de 1997 a 2007, David Avendaño Ballina lideró una banda criminal llamada “Las Goteras”. El grupo, compuesto en su mayoría por sexoservidoras, operaba en varios estados incluyendo la Ciudad de México y Chiapas. Atraían a clientes con la promesa de servicios sexuales para robarlos; en algunos casos, los envenenaban con el uso de gotas oftalmológicas (para los ojos).

Avendaño Ballina sumó 13 años de prisión por intento de homicidio y robo; sin embargo, aguarda nuevos juicios que podrían aumentar su condena hasta los 900 años de cárcel, ya que está vinculado a otros 70 asesinatos. La banda de “Las Goteras” se desintegró con el aresto de sus 18 miembros entre 2007 y 2008.

Juana Barraza Samperio, “La Mataviejitas”

Sentenciada a 759 años de prisión, Barraza Samperio se ganó su infame apodo por ser una asesina de mujeres mayores, entre 1999 y 2005, en la Ciudad de México. Su historia personal estuvo marcada por graves abusos sufridos a manos de su madre; proyectaba la imagen distorsionada de su progenitora se en sus víctimas, en su mayoría mujeres ancianas que vivían solas, antes de atacarlas.

“La Mataviejitas” se hacía pasar por una trabajadora social para ganarse la confianza de ancianas solitarias, mayores de 60 años, que luego traicionaba de una manera brutal. Barraza Samperio no solo golpeaba y robaba a sus víctimas; en la mayoría de los casos, las estrangulaba. Se le capturó mientras intentaba huir de la casa de su última víctima, a quien estranguló con un estetoscopio. Se le atribuyen entre 26 y 49 asesinatos.

Los reclusos permanecen en sus celdas en la antigua prisión de Topo Chico, Monterrey, hoy clausurada.Wikimedia Commons

Por Agencias