Esta entrevista ha sido editada en aras de la claridad.

JASON PARHAM: En un episodio, una estudiante dice: “Creo que no puedes entrar en TikTok y estar segura”. Después de tres años totalmente inmersa en este mundo, tengo curiosidad de saber si crees que las redes sociales son malas.

LAUREN GREENFIELD: No creo que se pueda contestar con un sí o un no. Me adentré en el tema como un experimento social. La Gen Z es la primera que no sabe lo que es vivir sin ellas. Aunque las redes sociales existen desde hace tiempo, ellos son nativos digitales. Pensé que era el momento adecuado para analizar su impacto en la infancia. Es la mayor influencia cultural de esta generación, mayor que la de los padres, los compañeros o la escuela, especialmente al salir del covid, que fue la temporada en la que empezamos a grabar. No entré en el rodaje con un punto de vista o una agenda activista, pero sin duda me conmovió lo que me dijeron los adolescentes y lo que mostraban en sus vidas, que es una situación bastante grave.

Sin duda alguna.

En el quinto episodio, un joven llamado Jonathan expresa que las redes son un salvavidas, pero también un arma cargada. Así que no creo que se trate de si hay cosas buenas y malas. Aunque vemos ambas cosas en la serie, tampoco dejaríamos que nuestros hijos estuvieran cerca de un pistola con cartucho. Tenemos que cambiar la ingeniería de las plataformas sociales para que podamos mantener lo bueno y deshacernos de lo malo.

Entré a la preparatoria en los 2000, antes del boom de las redes sociales. Siempre bromeo con mis amigos diciendo que si me hubiera tocado vivir lo mismo que las generaciones actuales probablemente no hubiera sobrevivido.

El genio salió de la lámpara. Pero ahora hay una normativa para eliminarlas en las escuelas, lo que me parece genial. También vemos el problema de la distracción, y la necesidad de esta generación por conectar de persona a persona, de la que no tienen suficiente. Por otra parte, vemos reacciones de justicia social como las de Nina, de la comunidad LGBTQ+, que tienen gran utilidad. Las redes son un medio de creatividad y emprendimiento. Y eso lo vemos en nuestros personajes.

De igual forma, existen aspectos que hacen que la vida de los adolescentes sea extremadamente tóxica: la cultura de la comparación permanente o el algoritmo que les lleva por caminos de aprendizaje perjudiciales. Lo que nos muestra la investigación interna de TikTok es que estas aplicaciones pueden diseñarse de forma distinta.

¿Has visto la película de Jim Henson? Se llama Idea Man (Jim Henson, el hombre de las ideas)

No, no la he visto.

Una cosa que realmente me conmovió y que me pareció relevante para los medios sociales y para pensar en lo bueno y lo malo de ellos, es que Joan Ganz Cooney, la productora de televisión que puso en marcha Sesame Street (Plaza Sésamo), tuvo la idea de unir a gente que sabe lo que les gusta a los niños: Jim Henson y las criaturas, con gente que sabe lo que los niños necesitan aprender. Esta segunda pieza es la que nunca ha sido relevante para los diseñadores e ingenieros tecnológicos, solo piensan en las ganancias aunque sea a expensas de la salud y el bienestar de los jóvenes. Tenemos una crisis de salud mental entre manos por ello. La tecnología es importante por muchas razones, pero la ingeniería actual de las redes sociales es una situación insostenible.

Por Agencias

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