Uno de los mayores atractivos de las fiestas populares en México, ya sean celebraciones religiosas o conmemoraciones cívicas, es el uso de fuegos artificiales. Se trata de dispositivos pirotécnicos cuya composición y funcionamiento se basa en la combustión de carácter explosivo, y cuyos principales efectos son el ruido, la luz multicolor, el humo y materiales flotantes, como el confeti.

Los fuegos artificiales fueron inventados hace miles de años en la antigua China y difundidos a través de Europa al mundo, llegando a México, donde se popularizaron en el siglo XIX. Desde entonces, su elaboración se convirtió en una tradición artesanal que se mantiene hasta la fecha, sobre todo en Tultepec, Estado de México, pueblo considerado «capital de la pirotecnia«.

Creatividad y la conciencia ambiental se unen para ofrecer espectáculos deslumbrantes sin comprometer nuestro entorno natural.Shutterstock

En contraste con su rostro festivo, la pirotecnia muestra una cara lúgubre al resultar su elaboración altamente peligrosa, incluso letal y su empleo por demás contaminante para el medio ambiente. A fin minimizar estos dos efectos negativos de los fuegos artificiales, Alán Casas Mendoza, estudiante del doctorado en Tecnología Avanzada del Instituto Politécnico Nacional (IPN), trabaja en nuevos materiales más seguros y menos contaminantes para la producción de pirotecnia.

Destacamos que el maestro Casas Mendoza es originario de Tultepec y que de niño fue testigo del accidente que sufrió su padre a causa de los fuegos artificiales en su taller, resultando con quemaduras de segundo y tercer grado. De ahí su interés en la investigación y desarrollo de tales materiales para una actividad que, amén de ser una tradición artesanal, es la fuente de ingresos de muchas familias en la «capital de la pirotecnia«.

Los trabajos al respecto los lleva a cabo en el laboratorio de partículas, del Centro de Investigación e Innovación Tecnológica (Ciitec) del IPN, donde a decir del propio investigador nos hemos “enfocado en la producción de combustibles cero carbono con nanopartículas metálicas, las cuales tienen la capacidad de mejorar el proceso de combustión de los fuegos pirotécnicos, al reducir la cantidad de emisiones al medio ambiente”.

Casas Mendoza continúa explicando que “la pirotecnia es un sistema binario que integra un combustible y un agente altamente oxidante, además de sales metálicas y pólvora, en un proceso de combustión incompleta, que da como resultado una explosión de luces en medio de una nube de humo. De ahí la necesidad de desarrollar materiales nanoestructurados, altamente energéticos y menos contaminantes”.

Agrega que “los combustibles cero carbono son aislantes térmicos, altamente energéticos, conocidos como ‘flamafría’, que presentan un proceso de luminiscencia por excitación de electrones, es decir, son saltos cuánticos de los electrones de niveles de menor a mayor energía”. Asesorado por sus profesores, la doctora Antonieta García Murillo y el doctor Felipe de Jesús Carrillo Romo, el maestro Casas Mendoza ha desarrollado un innovador mecanismo híbrido, que ocupa como agente químico la glicerina o el glicerol (ambos derivados del biodiésel), cuya toxicidad para el ambiente y la salud humana es considerablemente baja.

Como agente químico “verde”, la glicerina resultó ser un magnífico sustituto de los agentes reductores corrosivos y muy peligrosos para el ambiente, al liberar gases tóxicos y, por lo cual, deben manipularse estrictamente en espacios cerrados. Por su parte, “el glicerol es un agente reductor con características relevantes para la síntesis de nanopartículas metálicas, entre las que destacan su elevada presión a altas temperaturas y su función de reducir los iones metálicos a valencia cero; asimismo, es menos tóxico para la salud humana y el medio ambiente”, expone el estudiante e investigador del politécnico.

La pirotecnia ecológica está transformando la forma en que celebramos, ofreciendo una visión emocionante y respetuosa del espectáculo de luces y colores que cautiva corazones sin dañar el planeta.IPN

En resumen, gracias a esta innovación tecnológico-ecológica, mejoraría notablemente la combustión de la pirotecnia, suprimiendo la contaminante nube de humo y posibilitando su manipulación más segura a una temperatura ambiente.

Por Agencias