Para determinar si la narrativa fotográfica es veraz o falsa, Adobe y otros han ideado un conjunto de herramientas que buscan cierto grado de verificabilidad. Los metadatos de la fotografía de Middleton, por ejemplo, ayudaron a la gente a descubrir que sus anomalías eran el resultado de una edición con Photoshop, que la princesa admitió después.

Un grupo de más de 2,500 creadores, tecnólogos y editores denominado Content Authenticity Initiative (Iniciativa de Autenticidad de los Contenidos), puesto en marcha por Adobe en 2019, trabaja para diseñar herramientas y normas que permitan verificar si una imagen, un video o una grabación han sido alterados. Se basa en la combinación de metadatos con sofisticadas marcas de agua y técnicas criptográficas. Sin embargo, Greenfield admite que esas protecciones son eludibles. “Disponemos de tecnologías que identifican fotos editadas o generadas por IA [inteligencia artificial], pero sigue siendo una batalla perdida”, observa. “Mientras haya un actor suficientemente motivado que esté decidido a superar esas tecnologías, lo conseguirá”.

Con la IA generativa, la situación se complica, haciendo mucho más fácil modificar las fotos de forma drástica. Hace un año, Adobe presentó su producto de IA Firefly, llamándolo “el mejor amigo de tu imaginación”. Demasiado para la realidad. Los usuarios han manipulado más de 6,500 millones de imágenes, una cifra tan elevada que actualmente estaría justificado cuestionar cada fotografía que encontramos por ahí. Quizá sirva de consuelo argumentar que los consumidores de Firefly pertenecen en su mayoría a la clase creativa, que combina la realidad con filigranas digitales para conseguir efectos artísticos. Pero las técnicas de manipulación de imágenes con IA están impregnando nuestras colecciones personales, que antes eran una crónica de la realidad capturada, un registro visual de nuestro pasado. Ahora son tan sospechosas como el Instagram de una princesa.


Imagen creada con Stable Diffusion 3 con el prompt: "Fotografía de estudio de un camaleón de cerca sobre un fondo negro".

Stability AI anunció Stable Diffusion 3, su nueva IA generativa para crear imágenes. Por fin soluciona el problema de inclusión de texto.


Recuerdos editados por herramientas de IA

Considera la que posiblemente sea la aplicación líder de fotografías, Google Fotos. Ahora se vale de una herramienta de IA llamada “Editor Mágico” para “reimaginar” contenido visual originalmente estropeado por su molesta fidelidad a la realidad. En el proceso de edición es posible mover objetos y personas, e incluso cambiar un cielo gris por uno luminoso. Un ejemplo que ofrece Google es una imagen de un ser querido en una playa muy concurrida. ¿Por qué saturar la toma con extraños retozando en el fondo? Con el “Borrador Mágico” los eliminas y rellenas el fondo como si nunca hubieran estado allí. Aquel artículo de The New York Times de 1989 presentaba el “escalofriante concepto” de cientos de miles de divorciados que quitaban a sus exparejas de sus fotografías. Esa es ahora una función básica de Google Fotos, que te permite enviar a tus antiguos romances al baúl de los recuerdos con la misma facilidad con la que te deshaces de los photo-bombers (aquellos colados en las fotos).

Le pedí a Zach Senzer, director de producto senior de Google Fotos, que me explicara la filosofía que hay detrás de estas funciones. No es una reescritura de la historia al estilo soviético, explica, sino una forma de resolver un problema. “Queremos que los usuarios tengan el control de un momento, que lo representen de la forma que crean que refleja mejor su experiencia y su recuerdo”, comenta. “Si saco una foto de alguien en una playa, no me acordaré de toda esa gente en el fondo: mi recuerdo es lo más destacado, la persona a la que estoy fotografiando en un día soleado. Así que cuando hablo de ser auténtico con el momento, se trata de preservar el recuerdo que intentan transmitir”. En otras palabras, la autenticidad no significa lo que ve el objetivo de la cámara, sino lo que quiere tu corazón. Por lo visto, parece que esta manipulación se está convirtiendo en un método predeterminado de almacenar las memorias. De acuerdo con Senzer, los usuarios de Google Fotos editan 1,700 millones de imágenes al mes. La compañía no compartió qué porcentaje representa respecto a todas las imágenes tomadas.

Por Agencias

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