Sobreviven en Hermosillo cuatro puestos de revistas, las más emblemáticas de la ciudad, pero las cosas ya no son lo que fueron antes, pues el negocio ha bajado mucho debido a que la gente ya no las compra, especialmente después de la pandemia, cuando aumentó el uso de dispositivos electrónicos.

En promedio, el precio de las revistas va desde los 20 a los 60 pesos y son las revistas de “pasatiempo” casi las únicas que se venden, según los comerciantes del centro, mientras que publicaciones como periódicos, revistas de ciencia, belleza, entretenimiento y espectáculos apenas se venden.

La contingencia sanitaria agravó la situación porque muchas editoras y distribuidoras dejaron de producir, razón por la que algunos de los anaqueles se ven vacíos en algunos puestos de revistas.

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¿Fin de una era?

Roberto Carbajal, propietario de Periódicos y Revistas en el Mercado Municipal, está considerando cerrar sus puertas por las bajas ventas; esto sería durante el proceso de remodelación que está próximo a iniciar.

Con 80 años de historia y fundado por su padre Roberto Carvajal, conocido como “El Acopo” en la década de los 40, este puesto de revistas podría ver su final próximamente, porque la gente ya no compra revistas.

“La tecnología le vino a dar en la torre a las revistas, se acabó, periódicos también, casi ni se venden, sólo los viejos los leen y cuando no haya viejos ¿quién los va a comprar?” comentó para El Sol de Hermosillo.

Además, muchas revistas ya no se hacen porque editoras y distribuidoras dejaron de producir, mientras que las que sí se hacen no se venden y son caras, razón por la que se quedan acumulando polvo en los anaqueles que las exhiben.

Carbajal explica que después de la pandemia se agravó la situación, pues editoriales y distribuidoras como Citem, Odipris, Intermex pararon actividades; mientras que publicaciones como Memin Pinguín, Condorito, Kalimán entre otras sólo se venden por Mercado Libre.

También decidió dejar de vender publicaciones de revistas regionales sobre historia o turismo, que, aunque sí se vendían bien, prefiere que no se queden “detenidas” en los anaqueles; por eso ahora se venden principalmente en librerías, negocios que se enfocan a otro segmento de mercado.

Las ventas han bajado, siendo las publicaciones de “pasatiempo” como crucigramas, sopas de letras o sudoku las que se siguen vendiendo, mientras que impresos como revistas de ciencia, entretenimiento, tips de belleza, espectáculos o revistas para adultos, han tenido significativamente bajas en sus ventas.

Por otra parte, Sergio Sotero Lugo, propietario de Librería Lugo, comenta que actualmente lo que más se vende son las revistas de “pasatiempo” y, en menor medida, algunos libros.

En sus mejores tiempos llegaban a distribuir hasta dos camiones con todo tipo de publicaciones en distintos puestos de revistas del Estado de Sonora, mientras que, actualmente distribuyen solo el 3% de eso.

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La situación se ve difícil porque el negocio de la revista radica en la venta por volumen, cosa que se vuelve incosteable para los puestos de revistas por las bajas ventas, ya que el porcentaje de ganancia es poco porque tanto editoriales como distribuidoras ya no fían las revistas, razón por la que dejan de adquirirlas porque no se venden.

De este modo, mientras la modernidad avanza y los dispositivos electrónicos ganan terreno, así como la digitalización de los servicios, los puestos de antaño ven el ocaso de lo que alguna vez fueron, lugares a donde la gente acudía, ávida por encontrar alguna buena lectura de entretenimiento, o bien, para mantenerse informado de lo que acontecía, no sólo en la ciudad, sino en otras partes del país y del mundo.

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Con Información de El Sol de Hermosillo

Por Agencias