Fabricado con materiales tan accesibles como las fibras de vidrio y de carbono, e impulsado con combustible a partir de óxido nitroso, Xitle es el primer cohete híbrido experimental desarrollado por Propulsión UNAM, un grupo multidisciplinario de alumnos de las carreras de Ciencias de la Computación, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Química e Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Nacional Autónoma de México.

De acuerdo con información proporcionada por los propios estudiantes, para la construcción del artefacto, de 4.5 metros de longitud, exceptuando algunos componentes para la computadora que resultaban difíciles de crear, nada fue comprado, todo fue elaborado por los mismos alumnos: antenas, base de lanzamiento y protocolos de seguridad, entre otros elementos.

Un vistazo emocionante al esfuerzo y la creatividad de los estudiantes detrás del desarrollo de cohetes espaciales, destacando su papel en la promoción del interés por la ciencia y la ingeniería.UNAM/ FACULTAD DE INGENIERÍA

El desarrollo del Xitle exigió un gran esfuerzo por parte del equipo al requerir una variedad de válvulas, tuberías, control de fluidos, instrumentación compleja y la aplicación de normas de la American Society for Testing and Materials para el desarroIlo de sistemas ricos en oxígeno. Además, a fin de garantizar la resistencia de su estructura durante el vuelo se utilizó fibra de carbono. Se aplicaron nuevos métodos de recuperación y, debido a que el vehículo alcanzaría una altura de 9000 metros y los transmisores de radio comerciales quedarían fuera de rango, se diseñaron circuitos de radiofrecuencia con la asesoría del Instituto de Astronomía de la UNAM.

El prototipo del Xitle participó en la Spaceport America Cup 2023, la competencia más grande de cohetería experimental en el mundo, efectuada en Nuevo México, EUA, donde sobresalió en la categoría de Mayor Dificultad Técnica y obtuvo el quinto lugar en la de Mejor Diseño. Propulsión UNAM surgió en 2020, en plena pandemia, por iniciativa de Omar Córdova Carbajal, estudiante de Ingeniería Mecatrónica de la Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Nacional, quien se reunió primero virtual y luego presencialmente en un garaje con siete compañeros para desarrollar cohetes con materiales a la mano.

El gran reto del proyecto fue llevarlo a cabo desde la fase de diseño hasta la etapa de pruebas, logrando en tres años, pasar de la manufactura de cohetes de cartón e impresión 3D al desarrollo de vehículos de fibras de carbono y vidrio, impulsados con combustibles sólidos o propulsión híbrida. Como una de las divisiones de la Asociación Aeroespacial de la FI, Propulsión UNAM está integrada actualmente por 25 alumnos, a los que se pretende sumar más estudiantes a fin de ampliar los alcances del proyecto, que hasta la fecha ha desarrollado tres generaciones de cohetes.

El de la primera generación fue el cohete Komodo, equipado con una computadora para registrar los datos y liberar un paracaídas. Se trata de un vehículo impulsado por motores sólidos a base de nitrato de potasio y puede elevar hasta un kilogramo de carga a una altura de entre 500 y 1 000 metros.

Con el objetivo de multiplicar por tres el desarrollo de cada una de las generaciones de cohetes, el de la segunda generación, el Insurgente, logra una altura de 3 000 metros. Aparte de ser el primero en usar en su fuselaje materiales compuestos con uniones de aluminio, su computadora de vuelo cuenta con microcontroladores en paralelo, técnicas de compatibilidad electromagnética y redundancia en hardware y software, a fin de garantizar la liberación del paracaídas, la adquisición y transmisión de datos por telemetría y la localización GPS.

El impacto inspirador de los estudiantes que diseñan y construyen cohetes espaciales, revelando su dedicación, ingenio y visión para el futuro de la exploración cósmica.UNAM/ FACULTAD DE INGENIERÍA

El Insurgente fue el primer vehículo de Propulsión UNAM que participó en competencias, obteniendo en 2022 el segundo lugar en el Latin American Space Challenge, realizado en São Paulo, Brasil, y el primer sitio en el Encuentro Mexicano de Ingeniería en Cohetería Experimental, efectuado en Guadalajara, Jalisco.

Con un alcance de 9 000 metros de altura, el cohete de la tercera generación, el Xitle, espera ser superado por la siguiente generación, que se pretende ascienda hasta los 100 000 metros de altura, justo donde se localiza la línea de Kármán que separa la atmósfera terrestre del espacio exterior.

Por Agencias