Cuando vamos a comprar una planta durante Semana Santa, no es raro que entre las populares esté la “corona de Cristo” (Euphorbia milii). En parte por la época del año y en parte porque son plantas con flores bonitas, este arbusto originario de Madagascar adorna muchas casas mexicanas.

Gracias a su apariencia es que esta planta ha recibido su nombre, pero fuera de ser bautizada así en realidad tiene poca relación con la figura religiosa. Esto nos deja la duda, entonces ¿cuál planta fue la que usaron los soldados para coronar a Jesuscristo previo a su crucifixión?

Las plantas en la corona de Cristo

La planta utilizada para hacer la corona de espinas ha sido sujeto de mucho debate. En un intento por dar una respuesta concreta, expertos botánicos en Tierra Santa sugieren dos especies que pudieron haber sido utilizadas para tal propósito.

La primera de ellas tiene el nombre común de espina siria de Cristo (Ziziphus spina-christi), mientras que la segunda propuesta se conoce como espina de cristo (Paliuris spina-christi). Como podemos darnos cuenta, ambas especies no solo reciben un nombre común relacionado a la corona de Cristo, también su nombre científico hace alusión a ello.

La espina siria y su prima tienen las características de dureza en las espinas y maleabilidad de tallo para tejer una corona.FreCha /Wikimedia Commons

Pertenecientes a la familia Rhamnaceae, a pesar de ser clasificadas en géneros distintos son especies muy semejantes, por lo cual, a simple vista, las dos son buenas candidatas para ser la especie elegida por los soldados como un cruel castigo.Sin embargo, la distribución geográfica inclina la balanza hacia la espina siria.

Diferentes botánicos le dan preferencia a Ziziphus spina-christi debido a que no solamente era más abundante que la otra en la región de Jerusalén hace 2000 años, también crece en las planicies desde Siria y Líbano, a lo largo de Palestina y las regiones históricas de Arabia, Petraea y Sinaí.

Por su parte, Ziziphus spina-christi crece en el norte del Mediterraneo y actualmente no se encuentra en la región circundante ni en Jerusalén, aunque diversos autores consideran que no por ello debe ser descartada.

Un cruel castigo

En ambas especies las filosas espinas se encuentran cercanas unas de otras y sus tallos pueden ser manipulados de tal forma que hacer una corona no sería difícil para manos hábiles.

El arte sacro suele ser impreciso, un ejemplo de ello es la corona de Cristo.Jafd88 /Wikimedia Commons

La cabeza humana debe la sensación de dolor a dos nervios mayores, el nervio trigémino – que provee la mitad frontal – y el nervio occipital mayor – encargado de la parte trasera de la cabeza -. Gracias a las ramificaciones de ambos nervios, encontrar un punto en la cabeza que no sienta dolor es prácticamente imposible.

Las pruebas forenses realizadas al Sudario de Turín, el paño de lino que supuestamente cubrió el cadáver de Jesucristo – por ello uno de los objetos más estudiados de la historia -, nos revela un escenario terrorífico para la cabeza de la figura religiosa.

A pesar de lo que vemos en las representaciones religiosas – estatuas, pinturas, etc. – la corona no era este círculo colocado alrededor de la frente, sino un pequeño “casco” que cubrió de espinas la cabeza de Cristo desde la frente hasta la coronilla, causando un terrible dolor que se recorrió a lo largo de todo el cráneo.

Las representaciones de la corona son imprecisas y no permiten dimensionar lo increíblemente dolorosa que pudo ser.JuliusMassius /Wikimedia Commons

Si bien el dolor pudo haber cesado momentáneamente después de habérsela puesto, cualquier movimiento de la cabeza o mandíbula habría activado de nueva cuenta los receptores de dolor.

Pero el relato bíblico indica que después de la “coronación” lo peor apenas empezaba, y si tomamos en cuenta el dolor que la pura corona ocasionaba, no podemos dejar de considerar que era un castigo cruel y excesivo.

Independientemente de las creencias religiosas que cada uno pueda tener, el siquiera considerar que todas estas penitencias eran realizadas por aquellos a quienes las autoridades deseaba castigar, nos da una triste muestra de lo sádico que puede ser el ingenio humano.

El viacrucis de Cristo es mucho peor una vez consideramos las lesiones y el dolor que generaba una corona que abarcaba toda la parte superior de la cabeza, hecha especialmente para que la víctima sufriera incluso si solo se movía un poco o soplaba el viento.

A pesar de ello, mucho arte sacro peca de poner el viacrucis como un paseo por el parque.Domenichino (Domenico Zampieri) /Wikimedia Commons

Aunque con certeza no sabemos cuál fue la especie elegida para realizar este tipo de coronas, los científicos están casi seguros que fue la espina siria de Cristo (Ziziphus spina-christi), tanto por sus características como su localización histórica.

Es curioso pensar que dos plantas del mismo género sean tan emblemáticas, al menos en México, para celebraciones religiosas tan distintas, la Noche Buena (Euphorbia pulcherrima) para el nacimiento de Cristo y la corona de Cristo (Euphorbia milii) para su muerte, aunque en realidad esta última no tenga nada que ver con las verdaderas coronas.

Referencias:

Por Agencias