La intención del equipo de científicos del Instituto de Física (IF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es clara: sacar una ‘radiografía’ de Chichén Itzá a partir de rayos cósmicos. A partir de una técnica no-invasiva para el patrimonio, los investigadores tienen la intención de inspeccionar las entrañas de la Pirámide de Kukulkán, con la esperanza de encontrar cámaras ocultas en su interior.

El proyecto dará comienzo en verano de 2025, de acuerdo con un comunicado oficial. Arturo Menchaca Rocha, exdirector del Instituto de Física, en colaboración con investigadores de la Universidad de Chicago (EEUU), asegura que la meta es mirar al interior de ‘El Castillo’, uno de los edificios mejor conservados del yacimiento. Esto es lo que sabemos al respecto.

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En las entrañas de Kukulkán

Detalle de una de las piezas ornamentales, en forma de serpiente, que se aprecian en centro arqueológico de Chichén Itzá.Malek Bee / Unsplash

Como uno de los sitios arqueológicos más importantes de la Península de Yucatán —e innegablemente de todo México—, la ciudad sagrada de Chichén Itzá fue catalogada en 1988 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De hecho, desde entonces se le considera como una de las 7 maravillas del mundo contemporáneo.

Además del impresionante estado de conservación en el que se encuentran las ruinas, es uno de los mejores ejemplos de la fusión arquitectónica y técnica entre los toltecas y los mayas. “[Ambos pueblos] dejaron inscrita su visión del mundo y el universo en sus monumentos de piedra y obras de arte”, documenta la institución.

Vista frontal de ‘El Castillo’, una de las pirámides más icónicas del complejo arquitectónico de Chichén Itzá, en Yucatán, al suroeste de México.Alex Azabache / Unsplash

Los investigadores están a la búsqueda de “alguna cámara oculta en la segunda subestructura”, explican en el boletín, “por debajo del emblemático edificio”. Para ello, utilizarán un detector de última generación. Hasta ahora, ya se exploraron las dos estructuras más conocidas:

• Cámara del Jaguar

• Cámara del Chaac Mool

Por lo cuál, el equipo piensa pasar a la siguiente etapa: usar los rayos cósmicos para investigar qué hay abajo de ‘El Castillo’, a unos 30 metros por debajo de la tierra. Los investigadores están convencidos de que “si conseguimos lo primero, quiere decir que el detector funciona y podemos seguir adelante”.

Una ‘radiografía’ de la pirámide

Turistas visitan el centro arqueológico de Chichén Itzá en un día soleado de verano.Alex Ramon / Unsplash

Para inspeccionar las entrañas de Chichén Itzá, los físicos se valerán de los rayos cósmicos, compuestos en un 90 % de núcleos de hidrógeno. Con ello, los investigadores ‘bombardearán’ la pirámide principal, de manera que unas partículas conocidas como ‘muones’ penetren en la estructura. Los muones se pueden cuantificar en cierta área, explican los autores, “por unidad de tiempo y energía”.

Si se realiza este ‘bombardeo’ y los investigadores detectan alguna irregularidad, podría ser porque hay un hueco al interior de ‘El Castillo’. Es decir, alguna cámara desconocida. La técnica ya se ha empleado en Teotihuacan, e incluso en la Gran Muralla China, por lo noble que es con las estructuras antiguas. Esto garantiza que los edificios, las estructuras o las fachadas resulten dañados tras la intervención.

Acercamiento a una representación de Kukulkán, la serpiente emplumanda a quien se rindió culto en la ciudad sagrada.Cody McLain / Unsplash

Hasta ahora, de acuerdo con el boletín de prensa, los investigadores han visitado 4 veces el sitio arqueológico. Ya se escaneó con láser la estructura, para obtener sus dimensiones y la imagen exacta. “Planeamos poner dos detectores: uno en cada túnel sería lo ideal”, explica Edmundo García Solís, investigador de la Universidad de Chicago. Sin embargo, acceder a ese espacio es complejo, ya que ha colapsado.

El detector se construyó en Estados Unidos, y será probado en el Instituto de Física antes de emplearlo directamente sobre la pirámide. Los esfuerzos cuentan con la aprobación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como con el financiamiento de la UNAM, la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y otras universidades estadounidenses. De ser exitosos los intentos, la ‘radiografía’ estará terminada en 6 meses, concluyen los investigadores.

Por Agencias