¿Qué son las vecindades?

Las casas de vecindad, generalmente llamadas “vecindades”, son un tipo de vivienda que se empezó a construir en el siglo XVII de la época colonial, y se siguieron edificando durante casi todo el siglo XX. Muchas de ellas siguen existiendo en algunas zonas de la capital mexicana y la zona conurbada.

El término “vecindad” refiere a un tipo de casa multi- familiar desarrollada alrededor de un patio común. La mayoría de estos espacios superan el número de 20 viviendas por vecindario hasta un máximo de casi 100 habitaciones.

El origen de las vecindades en México es desconocido, pero de acuerdo con el investigador Arais Reyes Meza, en su obra La vivienda colectiva en la Ciudad de México, el inicio de estos espacios puede tener una herencia hispana basada en los “corrales castellanos”, un modelo de vivienda caracterizada por tener grandes patios y estar rodeado de habitaciones. Sin embargo, también en la época prehispánica se tiene registro de viviendas conjuntas alrededor de un patio, por lo que su origen se puede encontrar en alguno de estos dos ejemplos de residencias.

Vecindad de la Ciudad de México construida en el siglo XX, de pie actualmente.Wikimedia Commons

¿Cómo eran las primeras vecindades de México?

Las primeras casas-habitación se construyeron en el primer plano de la ciudad de México, y fueron construidas por las familias de clase alta de la Nueva España. Su arquitectura recordaba el estilo andaluz clásico, pues eran edificios de 2 niveles, dispuestos alrededor de un patio central, rodeado de corredores que conectaban a los diferentes puntos de la residencia.

En aquellos inmuebles vivían familias nucleares y extensivas, así como algunos empleados y sirvientes. Los residentes estaban separados, por lo que cada uno tenía privacidad. El patio era un espacio importante, ya que en este lugar las diversas familias que habitaban las casas de vecindad convivían y se relacionaban.

Una referencia a estos sitios la encontramos en el libro La casa de la Ciudad de México de Enrique Ayala, quien mencionó que:

“La vecindad en su origen está relacionada con el modelo de la casa de patio central, sólo que en vez de servir a una familia lo hace a un número bastante elevado de ellas, las cuales habitan en uno o dos cuartos distribuidos alrededor de un patio de planta cuadrada o rectangular en cuyo perímetro se desarrolla un corredor fortificado […]”.

Durante el siglo XVII, la mayoría de las vecindades estuvieron ubicadas en lo que actualmente son las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.

Su arquitectura estaba caracterizada por tener dos plantas de gran altura, lo que permitió que existieran entresuelos o tapancos.

Al tener dos niveles todas contaban con una escalera emplazada en el centro o al fondo del patio. Generalmente en las escaleras se ubicaba un nicho o altar con una figura religiosa, que desempeñaba el papel de la patrona de la vecindad y brindaba protección a los habitantes de ella.

Con el tiempo, las vecindades se convirtieron en espacios donde habitaban artesanos modestos, que pagaban al propietario de la vecindad el uso de un reducido lugar. Durante el siglo XIX y principios del siglo XX, las vecindades fueron convirtiéndose en espacios que alternaban lugar con los comercios.

Las vecindades actuales

En la década cuarenta del siglo pasado, la Ciudad de México enfrentó un proceso de reorganización; es decir, las clases altas se fueron al sur de la ciudad, lo que propició que las zonas céntricas se fueran desocupando y en su lugar se establecieran nuevas vecindades.

Las vecindades del siglo XX enfrentaron el problema del hacinamiento, pues en ellas habitaban cerca de 30 familias por inmueble, quienes compartían la mayoría de los servicios: lavaderos, agua, luz y el baño. Según algunos registros, más de sesenta personas compartían un baño.

Cabe destacar que esto era variable, pues existían algunas mejor equipadas y con mejores condiciones, tal como la que se ubicaba en la calle Azteca, en el barrio de Tepito, donde habitaban 53 personas y había 9 viviendas con tres cuartos cada una, baño y lavadero propio.

No cabe duda de que las vecindades también fueron parte del imaginario de México, particularmente de su capital; fueron representadas en películas y caricaturas donde se mostraba a los habitantes de ellas como vecinos de todas edades que se apoyaban mutuamente y formaban una comunidad. Un ejemplo de ellos es la película “Nosotros los pobres” protagonizada por Pedro Infante o la famosa caricatura “El Chavo del Ocho”.

En el patío de las vecindades, las familias se relacionan y establecen relaciones con la demás gente.Wikimedia Commons

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Referencias:

Por Agencias