¿Quién es el mexicano más longevo de la historia?
Encontrar a la persona más longeva de México implica adentrarse en tradiciones y estilos de vida que se entrelazan con la historia del país. Al explorar las vidas de los supercentenarios, aquellos que han superado la barrera de los 110 años, nos sumergiremos en los acontecimientos históricos que atestiguaron.
No obstante, la ausencia de registros exhaustivos a lo largo de los siglos complica la tarea de identificar la longevidad con precisión. Estos supercentenarios, algunos cuyas edades han sido verificadas por Gerontology Research Group y LongeviQuest, son un testimonio de resiliencia, determinación, vitalidad y sabiduría.
Gertrudis Guerrero García, la maestra ‘Tulita’
Originaria de Puebla, Gertrudis Guerrero García vivió hasta los 111 años. Nació el 27 de abril de 1911 y fue una gran figura en la educación de Chiautla de Tapia. Contribuyó a la formación de jóvenes (que hoy son padres y abuelos) hasta que se retiró al cumplir 100 años. Reconocida por su dedicación, la maestra ‘Tulita’ recibió un homenaje del Ayuntamiento de Chiautla de Tapia por sus 110 años en 2021. Su muerte en marzo de 2023, a un mes de cumplir 112 años, conmocionó a la región mixteca del estado.
Manuel García Hernández, oriundo de Veracruz, nació el 24 de diciembre de 1896. Hoy tiene 124 años, según su acta de nacimiento, lo que lo posiciona como el hombre más longevo del mundo.
Manuel García Hernández, ¿la persona más longeva de México?
Nacido el 24 de diciembre de 1896, en Veracruz, Manuel García Hernández podría ser el hombre vivo más longevo del mundo. En enero de 2021, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador felicitó a don Manuel, destacando su increíble longevidad al haber cumplido 124 años. Hoy tiene 126 y reside en Ciudad Juárez, donde aún realiza actividades cotidianas como alimentar a sus gallinas cada mañana.
Casado por más de 70 años, tuvo cinco hijos y 15 bisnietos. Su longevidad lo podría hacer ingresar al Libro Guinness de los récords como el hombre más anciano del mundo; sin embargo, este título está pendiente de verificación oficial y la presentación de sus documentos para certificar su lugar en la historia de la longevidad.
María Concepción Santos, reina de las personas adultas mayores
María Concepción Santos, originaria de Tanlajás, San Luis Potosí, fue la mujer más longeva de México al fallecer a los 119 años y 284 días. En agosto de 2022 se buscó su reconocimiento como la mujer más longeva del mundo, superando por un año a la francesa Lucile Randon. Nacida el 15 de mayo de 1903, María Concepción vivió durante la Revolución mexicana, perdiendo a sus padres cuando tenía siete años. A pesar de las adversidades, se casó a los 22 años y tuvo ocho hijos, de los cuales solo uno sobrevive; continuó siendo activa hasta sus últimos días, siendo nombrada “Reina de las Personas Adultas Mayores en Tanlajás” a los 118 años.
Leandra Becerra Lumbreras, la supercentenaria de la Revolución
Leandra Becerra Lumbreras afirmó haber nacido el 31 de agosto de 1887. Desafió la historia al reclamar ser la mujer más longeva de México y América Latina, llegando a los 127 años según su versión. Además, fue miembro de las Adelitas en la Revolución mexicana entre 1910 y 1917, y aseguraba haber tenido un amorío con el revolucionario Margarito Maldonado.
Falleció en 2015. A pesar de la controversia sobre su fecha de nacimiento, su legado familiar incluye 5 hijos, 20 nietos, 73 bisnietos, 55 tataranietos e incontables choznos (hijos de sus tataranietos).
Soldados mujeres conocidas como “Adelitas”, en 1911, durante la Revolución mexicana. Entre ellas, Leandra Becerra Lumbreras llegó a vivir hasta los 127 años, según afirmaba su familia.
Tomasa Huerta, una supercentenaria desapercibida
Con 135 años, Tomasa Huerta sería la verdadera persona más longeva en la historia de México y el mundo. Sin embargo, Gerontology Research Group no la reconoce oficialmente, a pesar de que los documentos que confirman su edad se encontraron en Tlaxcala, en 2020.
Aunque su fallecimiento se registró el 4 de abril de 1984, a los 131 años, el archivo en el Registro Civil reveló una equivocación; en realidad, Tomasa habría fallecido a los 135 años. Esto evidencia la complejidad de rastrear la longevidad, ya que los registros no siempre reflejan con exactitud la extensión de la vida de las personas.