Cuando Dios expulsó a su ángel predilecto del Paraíso, según la tradición cristiana, el primer ángel caído decidió armarse de un arsenal de seres de las sombras. Demonios, energúmenos y otras almas en desgracia se unieron a su legión de seres malditos, destinados a vivir desterrados para siempre de la gracia divina. Al dirigente de todos ellos se le conoce como Samael, el enemigo perpetuo de los arcángeles y del pueblo de Israel. O eso dicen los textos apócrifos.

Bajo el cobijo del ‘Líder de los Demonios’, según la mitología cristiana, el Infierno recibe a todas las almas desdichadas que no recibieron el perdón de Dios. Es tan maligno, explica Britannica, que “su nombre no debe ser pronunciado en voz alta”, por lo que en caso de que al hacerlo le llame la atención, “se hace referencia a él coloquialmente vocalizando solo las dos primeras letras de su nombre”. Ésta es su historia.

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¿Quién fue Samael en la Biblia?

Samael, convertido en septiembre, incita a Eva y a Adán a comer los frutos del Árbol del ConocimientoiStock Photo.

Se hace alusión a Samael desde el libro del Génesis, el primer capítulo de la Biblia, que corresponde también al Primer Testamento. Como tal, también aparece en la mitología judía. En esta cosmogonía compartida, se le atribuyen diversas acciones nefastas que actúan directamente en contra de la voluntad de Dios.

Entre ellas, Samael plantó el Árbol del Conocimiento en el Jardín del Edén, cuyos frutos despertaron la consciencia humana en Adán y Eva. Se dice que fue él mismo quiens e convirtió en serpiente para tentarles. Asimismo, el Líder de los Demonios desposó a Lilith, la mítica creatura demónica que atemorizaba a las mujeres embarazadas en sus sueños con su hambre ávida de niños sin nacer.

Así también, se cree que Samael tentó a Abraham para no sacrificar a su hijo, Isaac, en el nombre de Dios. Esta racha de tentaciones fallidas se ilustra en los libros subsecuentes de la Biblia, en donde el Diablo intenta activamente ir en contra de los designios divinos.

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¿Qué poderes ostenta el “Líder de los Demonios”?

Representación de un demonio en la fachada de una iglesiaiStock Photo.

Aunque la Biblia y la Toráh, los libros sagrados del cristianismo y judaísmo respectivamente, mencionan en diversas ocasiones al Diablo, sólo en los textos apócrifos —o no aceptados oficialmente por la Iglesia— se les da nombre. El más famoso de ellos es el Primer Libro de Enoch, en donde se menciona textualmente el nombre de Samael. Sólo por estos registros conocemos de su existencia y ‘poderes’ sobrenaturales.

El registro más antiguo conocido de este texto es del año 167 a.C., y se le menciona como uno de los ángeles que se rebeló en contra de Dios, según Britannica. Bajo ese nomnbre, este demonio aparece una segunda vez en el Segundo Libro de Enoch, donde se le reconoce como “el príncipe de los demonios” y como un mago poderoso. Más tarde, hacia el siglo I d.C., aparece en el Apocalipsis de Baruch, donde se le asocia con el Pecado Original y se le culpa por plantar el Árbol del Conocimiento. Sin embargo, otros textos de la época le dan nombres diferentes, como los que siguen:

• Satanás

• Belial

• El demonio de 12 alas

El último nombre responde a una caracterización apócrifa, en donde se le describe con cuernos, bizco, con ojos que escupen llamas. Algunos registros, incluso, sugieren que tiene una mata larga de pelo en el ombligo, que se doblará para anunciar el Fin de los Tiempos.

Sin embargo, las descripciones del poder de Samael no sólo se remontan a la Antigüedad. Por el contrario, la demonología —la ciencia medieval de categorizar y dar nombre a los demonios— ha intentado definir qué tan poderoso es el Príncipe de las Tinieblas.

Incluso, autores de otras religiones le han dedicado tiempo de estudio al Ángel Caído:

“Samael es mencionado en el Sefer ha-bahir, uno de los textos fundamentales de la Cabalá, en el que se explora y codifica el papel tradicional de Samuel en la cosmología mística”, documenta la Enciclopedia Británica.

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¿Qué significado tiene el diablo en el Nacimiento, según el catolicismo?

Escena típica de la Natividad de JesúsiStock Photo.

Para los creyentes del catolicismo, la escena de la Natividad es un momento de regocijo. A fin de cuentas, representa la venida del Hijo de Dios, que decidió nacer en un entorno precario, en el seno de una familia de trabajadores. Entonces, ¿por qué es que Samael forma parte del Nacimiento?

La moral judeocristiana se caracteriza por tener una visión dicotómica. Es decir, sólo hay Bien y Mal, sin tamices intermedios. Por ello, incluso en uno de los pasajes más enternecedores de la Biblia, como lo es el nacimiento de Jesús, se tiene que incluir al Prínicipe de las Tinieblas. Así como sugiere la lucha interminable entre la Luz y las Sombras, también es un recordatorio de los 7 pecados capitales que tientan a los seres humanos en el plano terrenal.

Por eso, el Diablo es un elemento nodal en los Nacimientos navideños. Algunas representaciones lo omiten. Sin embargo, en México incluso se le muestra como un personaje que, aunque encolerizado, se ve chistoso y poco amenazador. Además de contribuir a la narrativa del vencimiento de Dios sobre el Mal, es un recordatorio para los fieles de la lucha que ellos mismos enfrentan contra las pasiones y tentaciones de la vida diaria.

Referencias:

Por Agencias