Independientemente de las creencias religiosas – o carencia de ellas – que cada persona tenga, el embarazo virgen, es decir, sin la necesidad de células sexuales masculinas – espermatozoides – es algo que la ciencia jamás ha atestiguado en humanos.

La evolución ha llevado a que no solo nosotros, sino prácticamente todos los vertebrados, necesitemos tanto la célula sexual de la madre – óvulo – como la del padre, para crear a un nuevo ser.

Pero en ocasiones las hembras de algunas especies han llevado a cabo estos “milagros”, y sin machos, sin reproducción sexual, han producido una nueva generación. Esto por medio de un proceso conocido como partenogénesis.

Una cocodrilo, la protagonista de 2023

En el Parque Reptilandia, en Costa Rica, una hembra de cocodrilo americano (Crocodylus acutus) que estuvo aislada de otros individuos de su especie por 16 años, sorprendió a sus cuidadores cuando encontraron 14 huevos en su recinto.

Este evento causó gran revuelo en quienes estudian a estos magníficos saurios.miralex/ iStock

De esta puesta tan solo uno de los huevos tenía un feto que lamentablemente no pudo eclosionar, pero cuando los científicos analizaron a esta pequeña cocodrilo se dieron cuenta que estaba bien formado y que era idéntico a su madre.

La partenogénesis facultativa resultó la explicación más plausible. Esta es una estrategia de reproducción que le permite a algunos animales que se reproducen sexualmente, generar descendencia sin aparearse, a pesar de estar en contacto con machos.

Una copia de la madre, una del padre

En la reproducción sexual más típica, las células gaméticas o células sexuales – óvulo y espermatozoide – pasan por un proceso de división celular conocido como meiosis. Recordemos que las células de nuestro cuerpo contienen el ADN, el libro molecular donde está contenida toda la información genética que nos hace ser quien somos.

Este es el proceso que más conocemos, pero existen diversas estrategias de reproducción en la naturaleza.BlackJack3D /iStock

Pero el ADN es tan grande que se necesita compactar para que la maquinaria celular tenga un acceso más fácil a las instrucciones contenidas en la información genética, además de que la replicación celular – mitosis -, se haga de forma ordenada.

Estos paquetes de ADN reciben el nombre de cromosomas y su número depende de la especie. En el caso de la especie humana contamos con 46, los perros tienen 78. Al número de cromosomas que las células tienen de forma regular se le llama número diploide, representado como 2n.

En la mitosis, las células replican todo su ADN, una vez terminado el proceso los cromosomas parten hacia el ecuador de la célula y ahí son “jalados” por unas estructuras especializadas, la célula se divide y las nuevas células hijas terminan con su número diploide.

En las células sexuales se da el proceso de división de manera repetida pero sin replicación. Primero los cromosomas se multiplican como en la mitosis – llegan a 4n -, se dividen una vez – 2n – y se vuelven a dividir pero sin replicación, llegando a la mitad cromosomas normales, es decir, ahora tienen un número haploide – n -.

En la meiosis también se da el proceso de recombinación, que mezcla regiones de pares de cromosomas para que no sean idénticos a los de los padres.ttsz /iStock

Fecundación sin espermatozoide

Los óvulos y espermatozoides – haploides – entonces necesitan fusionarse y volver a crear una célula diploide. Esta es la “regla” en prácticamente todos los vertebrados, y es por ello que cuando una población pierde el balance de hembras y machos se enfrenta a potenciales catástrofes que los pueden llevar a la extinción.

Pero, ante la falta de machos, las hembras de algunas especies pueden presentar distintos tipos de partenogénesis, un tipo de embarazo virgen. Se conocen diversas especies que tienen esta capacidad de forma natural, entre ellas están la serpiente de agua vientre claro (Nerodia erythrogaster), el dragón de Komodo (Varanus komodoensis),aves como el condor americano (Gymnogyps californianus), animales que están relacionados evolutivamente – si bien un tanto lejanos -, además de especies de rayas, tiburones y peces sierra.

En 2021 una condor que estaba con un macho también causó revuelo al comprobarse que había recurrido a la partenogénesis facultativa.jkauffeld /iStock

Esto se puede lograr por distintas formas, una es por errores durante el proceso de meiosis, mientras que otros involucran el desarrollo del bebé a partir de óvulos no fecundados que restablecen su diploidía por diversos métodos – fusionándose con otro o replicando su material genético, por ejemplo -.

Si bien la partenogénesis se sigue considerando algo raro en vertebrados, diversas especies presentan esta estrategia que cada vez se conoce más debido al seguimiento que los científicos hacen a miles de especies en todo el mundo.

Aunque de momento esta estrategia parece ser una característica heredada, ya que los animales que la presentan están, aunque sea lejanamente, relacionados entre ellos – por un lado están los saurios y por otro peces elasmobranquios -, ¿será que descubriremos este proceso en otro grupo taxonómico?

Referencias:

Por Agencias