Los animales de compañía son una parte esencial de nuestras vidas, desde perros y gatos, hasta pequeños roedores y animales de granja, como caballos, conejos y gallinas, generando un fuerte lazo, al punto de considerarlos un miembro más de nuestra familia.
Pero, ¿qué pasa cuando estos parten de este mundo terrenal?, en entrevista para El Sol de Hermosillo, Denisse Anaya comparte acerca del profundo vínculo que tuvo con Tigerman, quién falleció en septiembre de 2023.
El pequeño ‘michi’ llegó a su vida el 24 de octubre de 2016, siendo este su primer gato, enseñándole todo acerca de estos: a cuidarlo, adorarlo y respetarlo.
«Lo llevaba para todos lados, me lo llevaba en la mochila de que a juegos míos, a Kino, a prácticas en la escuela, ahí lo anduve picoteando, le poníamos suero, bloqueo nervioso con anestesia», relató la egresada de la licenciatura en Médico Veterinario Zootecnista.
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La conexión con Tigerman fue tan intensa que este tiene una mención especial en su cuadro de graduación, así como su perra Angie, quien también fue su paciente.
«Tanto impacto tenía en mi círculo social que un equipo de la escuela le pusimos ‘Team Tigerman’ en su honor, y un equipo de fútbol americano también le queríamos poner así; fue el amor de mis siete vidas», agregó.
A los cuatro años, Tigerman fue diagnosticado con una enfermedad en las vías urinarias, misma que, a pesar de haber recibido atención especializada y tratamiento, se complicó en julio de 2023.
«Empiezo a notar que su respiración es anormal y su frecuencia cardíaca. Lo llevo con el especialista, le hicieron análisis y le salió que tenía insuficiencia renal crónica. Le dábamos medicamento y alimento renal, lo llevábamos mucho al doctor, era como un niño, era mi bebé», afirmó entre sollozos.
En septiembre, Tigerman desarrolló problemas cardíacos que complicaron aún más su estado de salud.
«Una noche lo vi muy mal y me puse a platicar con él, ya estaba muy débil. Me acuerdo que le dije que era el amor de mi vida, que lo amaba mucho y que si él se quería ir que estaba bien, que yo ya sabía que estaba cansado, que había dado todo por estar con nosotros, que no se preocupara, que íbamos a estar bien, que nunca lo iba a olvidar ni dejar de querer, que era el mejor gato, lo abrace mucho».
La trágica noticia del fallecimiento de Tigerman llegó la mañana del 23 de septiembre, cuando su madre lo llevó al veterinario.
«Deje de trabajar, no podía, no me daba la cabeza, no lo creía. Llegué bien tarde a la casa y no quería entrar, porque él me recibía en la puerta y sabía que no iba a estar. Fue bien difícil, recuerdo que yo lloraba, pero con un dolor, nunca me había pasado; sentía que no había hecho lo suficiente cuando hice de todo”.
Hoy, Tigerman descansa en un terreno en San Pedro, sitio donde su familia le colocó flores y una veladora.
«Le volví a decir que lo amaba y que yo sabía que algún día íbamos a volver a estar juntos; me pasaban todos los momentos que vivimos y hasta hoy es un tema que no supero, que me sigue doliendo; esos siete años fueron los mejores de mi vida y se me fueron volando», añadió.
Con respecto a si ha tomado terapia para sobrellevar su pérdida, Denisse dijo que sí, sin embargo, reconoce que es un duelo difícil, ya que Tigerman era un gran apoyo emocional en su vida.
Ayuda psicológica para sobrellevar el duelo
La pérdida de un animal de compañía puede ser devastadora, y entender las etapas del duelo puede ayudar a sobrellevar este difícil proceso.
La psicóloga Cynthia Johana Gómez Orduño del Centro de Enlace Familiar, describe cinco fases que los dueños de estas atraviesan: la negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
De acuerdo a la experta, con el tiempo, las personas comienzan a aceptar la pérdida de su fiel compañero y recordarlo sin ese dolor agudo.
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Sin embargo, sugiere que cualquier momento es válido para buscar atención psicológica para sobrellevarlo, especialmente cuando este te impide realizar sus actividades diarias.
“Es común que cuando experimentamos la muerte de una mascota se repriman las emociones por miedo a ser juzgados o no comprendidos. La expresión emocional es una de las mejores herramientas para sanar, el permitirnos sentir el duelo para poco a poco irnos reincorporando a la vida cotidiana”, compartió.
Finalmente, la psicóloga enfatizó en que llevar el duelo de un animal de compañía no significa olvidar, sino aprender a vivir con el amor que nos dejaron.
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