Aunque Andrés Manuel López Obrador pudo tener las mejores intenciones hacia los indígenas, el Plan de Justicia para la Tribu Yaqui no resuelve a fondo las carencias en materia de territorio, agua y aspectos sociales porque el INPI solamente se dedicó a manipular y beneficiar a las autoridades tradicionales, pero a la gente no se le sacó de la pobreza.

Durante la visita del Presidente de la República a Vícam, el gobierno tradicional de Loma de Guamúchil, sede del pueblo de Cócorit, desmintió muchos de los anuncios realizados por los funcionarios federales y estatales:

“No hay justicia por ningún lado”.

Y lo sustentaron:

La Tribu Yaqui ha peleado por años la restitución de su territorio conforme a los puntos naturales, no mediante el decreto de Lázaro Cárdenas que en su momento cercenó miles de hectáreas, incluidos los pueblos de Cócorit y Bácum.

Falta restituir las tierras de La Cuchilla, Isleta Dos, parte de Hornos, la caseta de cobro de Esperanza, parte de Pueblito Kilómetro 9, incluso parte de la presa Álvaro Obregón, pues los límites naturales pasan por donde se encuentra la estatua del Señor de los Milagros, entre otras zonas, refirieron.

Cuando vino hace unos tres años, el Presidente AMLO  dijo que trabajaría por restituir las tierras conforme al decreto de Cárdenas, afirmaron, “y muchos dijimos ya valió porque no es eso lo que quiere la Tribu Yaqui, pues incluso en la demanda internacional contra el Estado mexicano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ese es el punto clave que se expuso.

“Pero siguen con esa cantaleta y para taparle el ojo al macho, anuncian pomposamente que son más de 45 mil hectáreas de tierras restituidas cuando en realidad son cifras maquilladas porque son terrenos fuera de los puntos naturales que los particulares le vendieron al Gobierno”, explicaron.

-¿Y por qué las autoridades tradicionales no reclamaron eso durante la visita del Presidente?

-Mira: 0ctaviano Jécari y otros gobernadores anteriores que sí eran de a deveras, han venido pidiendo lo de los puntos naturales del territorio, pero nadie les ha hecho caso y ahora, los gobernadores actuales, salvo Cócorit, no respingan porque están subordinados al INPI. Están en la nómina del gobierno federal y cuando van a tomar esas decisiones, no nos convocan. Creemos que los consensos al interior de los pueblos se han perdido en este sexenio.

“No hay diálogo ni consenso con la tropa yoremia, que es un poder al interior de la Tribu Yaqui. De ahí  emana la fuerza militar de las autoridades. Si se fijaron bien, este domingo en la recepción al Presidente de la República en la guardia tradicional no hubo tropa yoremia, solo la Iglesia y el gobierno tradicional, pero faltó además el gobierno de cuaresma.

“En contraparte, este sexenio el INPI ha dado a los secretarios el carácter de secretario de gobierno, pero según nuestra tradición, ellos son solamente ayudantes del Gobernador y deben estar atrás de él, no enfrente, porque no es autoridad. Ahí deben estar los del Pueblo Mayor. Los secretarios sí pueden hablar, pero sólo transmitir lo que los gobernadores dicen, no ponerle de su cosecha y el discurso de ayer, estamos seguros, ni siquiera lo escribió Onésimo Buitimea Valenzuela, el Secretario de Vícam, sino Hugo Aguilar, quien les hace lo que van a leer. Este sexenio, la tribu ha perdido autonomía, sin denostar que sólo AMLO, independientemente de si nos va a fregar o no, ningún otro Presidente había tenido esa relación tan estrecha con los yaquis”, destacaron.

EN AGUA, TAMPOCO CUMPLEN

En materia de agua, precisaron las autoridades de Cócorit, a este pueblo no le darán líquido del Distrito de Riego porque comenzaron el canal muy a la orilla de su jurisdicción y por lo tanto no tienen de dónde echar mano de nuevas tierras para abrirlas al cultivo.

Y en lo del agua potable, por principio de cuentas un día sí y el otro también alargan las fechas para echarlo a andar, por lo que la apertura de la llave por parte del Gobernador Alfonso Durazo fue solamente una faramalla porque en todos los pueblos falta el agua potable y solamente a veces llevan en pipas.

Además, Bácum no quiere agua del acueducto para no verse sujeto a los caprichos de un sistema de administración que unilateralmente se está formando en Vícam por presiones del INPI.

El gobierno de Vícam no debe tomar esas decisiones si antes no las platica con el resto de los pueblos, consideraron, y es por eso que Cócorit también pide revisar el caso

DESARROLLO

Definitivamente, no se puede hablar de justicia cuando es evidente que los yaquis no han prosperado a la hora de sembrar sus tierras porque no hay crédito ni precios de garantía para cultivos como el trigo y maíz, sostuvieron.

Y justicia tampoco es que hayan entregado maquinaria para la agricultura cuando esos equipos fueron a dar a manos de unos cuantos apegados a los gobernadores tradicionales y el resto de los productores solamente vieron en las noticias que habían llegados tractores y otras máquinas.

Para los ganaderos tampoco hay créditos y mucho menos apoyos para hacer frente a la sequía y en consecuencia no puede hablarse de justicia si no le inyectan recursos a la producción de alimentos.

A los integrantes de este sector hace como tres años le dieron un apoyo contra la sequía, pero ya los olvidaron sin darse cuenta de que la falta de lluvias sigue y es cada vez peor mantener a los animales, declararon.

A los pescadores no les solucionas nada si solamente le entregas un motor a algunos, manifestaron, cuando otros carecen de lo más elemental para salir adelante.

“No puedes hablar de un Plan de Justicia completo si todos los días salen cientos de yaquis a trabajar en las maquiladoras o a las tierras de otras personas. Eso habla de que ha fallado el plan de sacarnos de la pobreza.

“Y luego las autoridades tienen pavor de hablar sobre la inseguridad en los ocho pueblos. Para nada tocan el tema cuando a diario hay muertos o desaparecidos por parte del crimen organizado”, aseguraron.

Con información de Nainari Digital

Por Agencias