Te enfrentas a una cruel encrucijada, vas a cambiarte a un domicilio lejano y no podrás llevarte a tu preciada mascota, ya que no sobrevivirá el viaje. El veterinario te ha recomendado que si nadie más la puede cuidar, tal vez lo mejor sea sacrificarla. ¿Cómo vas a hacerle eso a tu fiel acompañante? Claro que no. Entonces comienzas a considerar que la mejor opción sea dejarla libre.

Este es uno de los errores más grandes que cometen muchas personas en el mundo, creer que liberar a su pez, tortuga, serpiente, ave, mamífero, araña, y un gran etcétera., para que viva en el medio silvestre, “con libertad”, la hará más feliz. En general lo único que le provocan es sufrimiento, y muchas veces la muerte.

Mascotas liberadas, un cruel destino

Lo primero que dichas personas pasan por alto es que su mascota ha pasado tanto tiempo fuera de la vida silvestre que simplemente carece de los comportamientos y conocimientos necesarios para poder sobrevivir sin su dueño.

Nuestras mascotas están acostumbradas a cierto tipo de vida. Nosotros procuramos su alimento, agua, limpieza, entretenimiento y en general mantener condiciones adecuadas para su bienestar en todos los sentidos, incluyendo por ejemplo vacunas y otro tipo de atenciones médicas.

Animales como las tortugas se pueden convertir en presa fácil para otra fauna.Carmen C /Pexels

Si bien depende de la especie, el nivel de domesticación que tengan y la edad a la que fueron “adoptados”, muchas mascotas carecen de algunos comportamientos típicos de las especies silvestres.

Esto puede provocar que no sepan cómo conseguir alimento por su cuenta, cómo resguardarse o huir de los depredadores, cómo convivir con otros miembros de su especie, o que se intoxiquen al consumir cosas que no deben, etc.

Dichas carencias lo único que van a provocarle a nuestra exmascota “libre” es que sufra al no poder alimentarse, sea atacada por depredadores y congéneres, lo cual casi irremediablemente la llevará a la muerte, ya sea de hambre, enferma, herida o como alimento de algún animal silvestre.

Biodiversidad silvestre, buffet para las mascotas

Eso sí, no todas las mascotas sufren estos tristes destinos, algunas de ellas llegan a sobrevivir, e incluso, en ocasiones, pueden prosperar en ambientes que les son ajenos, pero a costa y detrimento de las especies silvestres con las que terminan conviviendo.

La más evidente causa de detrimento a las especies silvestres de flora y fauna es la depredación. Independientemente de si estamos hablando de carnívoros como gatos y perros, o de herbívoros como conejos.

Los gatos son de las mascotas más perjudiciales para la fauna silvestre en todo el mundo.MabelAmber /Pixabay

En este sentido los gatos son los mejores ejemplos de esto, estudios científicos han llegado a la conclusión de que nuestros michis, tengan hogar o no, han llevado a la extinción a al menos a 63 especies de vertebrados – y contando -, por el simple motivo de que cazan tanto para alimentarse como por diversión.

Los perros que son abandonados forman sus propias manadas, y al volverse ferales o asilvestrados también cazan para alimentarse. Especies de reptiles como serpientes o tortugas y de peces, principalmente, tienen un destino semejante cuando logran sobrevivir.

Muchas de ellas, al no tener depredadores naturales en los lugares donde son “liberadas”, compiten con ventaja contra otros animales, quienes simplemente no les pueden seguir el paso.

Cuando solo se deja un individuo o un par del mismo sexo el daño provocado por las mascotas se da mientras vivan, pero si se llegan a liberar parejas de diferente sexo o hembras embarazadas el problema puede crecer rápidamente y sin control.

Enfermedades y otros daños

Sin embargo, consumir los recursos de estos nuevos hábitats no es el único daño. Gracias a la interacción con humanos y su vida fuera de los ecosistemas naturales, las mascotas acarrean consigo microorganismos – como bacterias, hongos o virus – que pueden provocar enfermedades en la fauna silvestre.

Es aún peor cuando nuestras mascotas son exóticas, como el pez león, ya que no tendrán depredadores naturales.466654 /Pixabay

Así como ocurrió durante el 2020 con la especie humana y el COVID-19, las especies silvestres contagiadas no tendrán defensas contra estas enfermedades introducidas por agentes externos y se pueden dar epidemias con el potencial de acabar con poblaciones enteras.

No solo eso, ya existen casos documentados de que, en especies cercanas taxonómicamente hablando, se pueden dar casos de hibridación. Esto perjudica a la fauna silvestre, que ve introducida en su población genes que no corresponden a su especie, lo cual puede causar un daño tanto a la cría, como a futuras generaciones.

Como podemos darnos cuenta, “liberar” una mascota es una de las peores ideas que un dueño responsable puede tomar. La más probable es que la mascota no pueda si quiera disfrutar de esta “libertad” porque inmediatamente comenzará a sufrir la ausencia de su entorno, lleno de comida, atención y estímulos que adecuamos para ella.

Sacrificarla es una última opción, lo ideal es conseguirles un refugio, algún amigo o familiar que quiera hacerse cargo de ellos. Pero nunca debe ser una opción dejar a las mascotas en libertad, ellas sufrirán y la biodiversidad también.

Referencias:

CONABIO. 2023. Especies exóticas invasoras. Consultado el 3 de marzo de 2024.

Por Agencias