El Reloj del Juicio Final marca las 23:58:30. Si en algún momento en los próximos años llegamos a la media noche, esto querrá decir que la humanidad está prácticamente al borde de su extinción.

Creado como una alegoría de lo cerca que estamos de destruirnos por nuestras propias invenciones, el reloj comenzó a marcar sus minutos cuando Estados Unidos y la Unión Soviética se encaminaban a una carrera armamentista para desarrollar armas nucleares en mayor número y con un poder destructivo más grande.

En enero de 2007, 60 años después de su creación, el Boletín de Científicos Atómicos – Bulletin of Atomic Scientists, encargados de ajustar el reloj cada enero – consideraba también entre los peligros al cambio climático.

Actualmente, los complejos parámetros que los expertos toman en cuanto para mover las manecillas abarcan cambios globales en el compromiso ambiental de parte de gobiernos, conflictos bélicos, las consecuencias del cambio climático – como contaminación atmosférica, acidificación y subida en el nivel de océanos -, amenazas biológicas y el desarrollo de tecnologías disruptivas.

Con 8 mil millones de personas vivas hasta finales de 2022, una baja tasa de crecimiento poblacional no es, ni de cerca, un factor a considerar para el Reloj del Juicio Final – en todo caso sería la elevada tasa que tenemos -. Sin embargo, hace poco más de 900,000 años la humanidad se encontró a segundos de su extinción precisamente por dicho parámetro, enfrentándose a un terrible cuello de botella poblacional que redujo la población efectiva de nuestros antepasados a poco más de 1000 individuos.

La humanidad al borde de la extinción

De acuerdo a un modelo desarrollado por los investigadores de la Universidad Normal del Este de China, no solo es que hayamos estado bajo un latente riesgo de extinción sino que esta amenaza se mantuvo por cerca de 117,000 años.

Los científicos a cargo del estudio creen que un evento climático extremo pudo haber causado el cuello de botella al que nuestros ancestros se enfrentaron sin saberlo, durante el periodo de transición entre el Pleistoceno temprano y el Pleistoceno medio. La glaciación ocurrida durante este tiempo a su vez provocó cambios de temperatura y sequías severas, si hubiera habido alguna enfermedad o algún factor adicional, muy probablemente nuestra historia acababa ahí mismo.

Los números no indican poblaciones reales, sino un número útil en genética de poblaciones que ayuda a determinar la variabilidad genética de la especie.Science

Como podemos ver en la imagen anterior, el “0.9 Ma. event” se refiere a un evento de glaciación extrema que tuvo un profundo impacto sobre los ecosistemas, afectando a miles de especies tanto de fauna como de flora en todo el mundo.

En realidad nuestros antepasados no vieron su población reducida a tan solo 1280 individuos, ya que las cifras mostradas no se refieren al número de individuos que existieron durante esos periodos, sino a un número llamado población efectiva. Podríamos resumir este concepto como la cantidad de individuos que generaron un aporte genético a la población, es decir, dejaron descendencia.

El tamaño de población efectiva puede variar mucho dependiendo de múltiples factores, como pueden ser el tamaño real de la población, la estructura demográfica – qué tantos hombres y mujeres o viejos y niños hay -, la tasa de reproducción – cuántos individuos nacen -, la deriva genética – los genes que se van estableciendo o perdiendo en la población – y la endogamia – cuando individuos consanguíneos o cercanamente relacionados tienen descendencia -.

En este caso, la técnica utilizada por los investigadores no puede conocer estos parámetros, pero los números apuntan una reducción drástica en el tamaño poblacional, además de una disminución de su variabilidad genética.

¿Cómo se determinó este número?

Para determinar los datos presentados los investigadores analizaron, por medio de una novedosa técnica llamada FitCoal, las muestras de ADN de 3154 personas de poblaciones africanas y no africanas. La técnica permite observar los linajes de genes modernos y a partir de ello estimar tamaños de población efectiva anteriores.

Este cuello de botella explica la carencia de evidencias fósiles.Hu et al., 2023

El reducido número poblacional durante este periodo de tiempo, obtenido en este estudio, ayudaría a explicar por qué hay un vacío en el registro fósil de nuestro camino evolutivo. Si de por sí la formación – y descubrimiento – de un fósil es un proceso complicado, si le añadimos que había pocos individuos, no es de extrañar entonces que no haya ocurrido la preservación de algún ancestro durante este periodo.

Los investigadores además resaltan que durante estos 100,000 años se dio un proceso que diferencia a nuestra especie respecto al resto de grandes simios, la fusión de cromosomas. Estos son – en palabras simples – estructuras formadas por ADN y proteínas donde el ADN se mantiene empaquetado y son piezas fundamentales en la transmisión de información genética de una generación a la siguiente.

Nuestros primos evolutivos, como gorilas, chimpancés y orangutanes, cuentan con 24 pares de cromosomas, mientras que los humanos contamos con 23 pares, resultado de la fusión de dos cromosomas para formar el cromosoma 2. Esto pudo haber tenido profundos cambios en nuestro camino evolutivo, y sin duda es uno de los acertijos que más intrigan a los científicos.

Este 2023 el Reloj del Juicio Final marca 90 segundos para la media noche, un escenario bélico, potenciales pandemias y un cambio climático cada vez más palpable nos tienen ahí. Hace 930,000 años un cambio drástico en el clima global modificó los ecosistemas, trajo una gran presión a todos los seres vivos que vivieron durante ella, llevó a la extinción a múltiples especies y a otras tantas las dejó al filo del abismo por un gran periodo de tiempo.

En el caso de nuestros ancestros, su segundero probablemente estuvo a nada de la media noche; y si las predicciones y modelos científicos se mantienen, si no hacemos algo drástico para enfrentar las consecuencias del cambio climático, nuestro segundero podría rebasar el suyo.

Referencias:

Por Agencias