Cientos de libros anotados, una treintena de expedientes, correspondencia personal aún por catalogar, así como fotografías, programas de mano y discos de acetato que conforman el archivo del escritor y psicoanalista de origen argentino Néstor A. Braunstein (1941-2022) fueron rescatados e instalados ayer en el Centro de Documentación e Investigación de México (CDIJUM), ubicado en Córdoba 238, colonia Roma, en el marco de la cuarta edición de la Feria Internacional del Libro Judío (FILJU), para consulta de investigadores y del público en general.

El archivo que vamos a instalar hoy quedará a resguardo del CDIJUM bajo la figura de comodato e incluye sus libros (anotados), dado que fue un autor muy prolífico, y otros materiales, como fotografías, correspondencia, programas de música de concierto y de ópera, que también figuran en su obra”, explicó a Excélsior Benjamín Mayer Foulkes, director de 17, Instituto de Estudios Críticos.

Y agregó: “Estamos encantados de instalar formalmente el archivo, de anunciar su recepción en este centro de documentación y adelantar que, en enero de 2024, vamos a organizar un coloquio dedicado a Néstor A. Braunstein, además de que desde 17, Instituto de Estudios Críticos vamos a procurar la activación del acervo para sacarle partido y derivar reflexiones, lecturas y reelaboraciones de trabajos académicos”.

Un aspecto importante a considerar en el comodato del archivo, apuntó Mayer Foulkes, “es que, si bien el CDIJUM es un archivo establecido por la comunidad judía, es un proyecto cultural que se ocupa de muchas expresiones culturales de la vida judía, pero no sólo de éstas, como el caso de Braunstein, que no fue un miembro activo de la comunidad”.

Pionero del lacanismo en español, Braunstein arribó a México a mediados de los años 70 y se convirtió en un intelectual que sostuvo una importante conversación con el mundo de la academia, la literatura, el cine y las artes plásticas en México.

Finalmente, aseguró que dentro del acervo no se incluyen notas clínicas de pacientes, dado que el propio Braunstein las destruyó por un tema de confidencialidad con sus analizantes; y, en cuanto al acervo sonoro, reveló que se pueden ubicar cientos de referencias musicales, como la ópera Moisés y Aarón, sobre la cual escribió un ensayo, así como de escultores y pintores como (Eduardo) Chillida.

En el tema de la música, recordemos su carta de despedida –titulada Addio, que dejó antes de partir por mano propia–, que abre diciendo que luego de ver muchas óperas concluyó que todo giraba en torno a una palabra: adiós”, recordó Mayer.

cva

Con Información de Excelsior

Por Agencias