La Revolución Mexicana, iniciada después del alzamiento de Francisco I. Madero en 1910, terminó por remover del poder a Porfirio Díaz. La elección de Madero como presidente y su posterior asesinato durante el golpe de Victoriano Huerta, desencadenó una vertiginosa lucha armada en todo el país.

Abanderadas por el entonces gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, las diferentes facciones revolucionarias se unieron para hacer frente al régimen de Huerta y reinstaurar el orden constitucional.

Luego del triunfo del movimiento Constitucionalista de Carranza, se promulgó la Constitución Política de 1917. La Carta Magna consolidó las bases políticas por las que debería transitar el país, sin embargo, el panorama político no era claro.

La lucha armada había cobrado la vida de dos de sus principales protagonistas: Madero y Carranza. Este último, derrocado por los generales originarios de Sonora: Álvaro Obregón, Adolfo de la Huerta y Plutarco Elías Calles, quienes se levantaron en su contra mediante la proclamación del Plan de Agua Prieta.

LOS SONORENSES

Ya sin la presencia de los caudillos Emiliano Zapata y Francisco Villa, las figuras del triunvirato de generales sonorenses tomaron el control de la vida política de la época, bajo el liderazgo del también llamado El manco de Celaya tras haber perdido el brazo derecho por un ataque de granada en una batalla contra fuerzas villistas en 1915.

Obregón se convirtió en presidente de México en 1920 y, con ello, en el primer mandatario en concluir su periodo completo después de transcurrida la parte más cruenta del conflicto revolucionario. Dentro de su gabinete incluyó a De la Huerta, como secretario de Hacienda, y a Elías Calles, al frente de la Secretaría de Gobernación.

Desde el 12 de agosto, se conocieron las intenciones de Calles de dejar su cargo como secretario de Gobernación con miras a lanzar su candidatura a la presidencia de la República, según informó el mismo Obregón durante una conferencia de prensa en Palacio Nacional.

ASPIRACIONES Y RENUNCIA

A partir de ese momento, los rumores crecieron con el paso de los días. Sin embargo, las circunstancias apuntaban a que el candidato sería Calles como abanderado del Partido Laborista Mexicano, aunque este tenía una estrategia para llegar firme a los comicios electorales.

En las últimas horas del mes de agosto, en medio de la incertidumbre sobre la candidatura de Calles, México restableció relaciones diplomáticas con Estados Unidos, al reconocer como legítimo al gobierno de Obregón por parte de la Casa Blanca en la antesala de la sucesión presidencial. Un factor importante para la dimisión de Calles como integrante del gabinete de Obregón.

Finalmente, Calles hizo efectiva su renuncia a la Secretaría de Gobernación, el 1 de septiembre de 1923, un día después de la reanudación del vínculo bilateral con Washington, situación que le brindó mayor certidumbre como aspirante a ser el máximo dirigente del país.

La renuncia del general. Calles fue entregada. El secretario de Gobernación sólo esperó para hacerlo, conocer el resultado de las conferencias”, resaltó Excélsior en la portada de su edición del 02 de septiembre de 1923, en relación con la decisión tomada por el funcionario de separarse de su cargo rumbo a la candidatura para la presidencia en 1924.

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Con Información de Excelsior

Por Agencias