El actor de la Época de Oro del cine mexicano llegó al mundo artístico por suerte

Luis Aguilar hubiera sido un buen empresario pesquero de no haberse convertido en actor de la Época de Oro del cine mexicano, antes de incursionar en el ámbito artístico había probado suerte en el negocio marítimo, pero su destino era recibir aplausos y ser el compañero en cine de dos grandes: Jorge Negrete y Pedro Infante.

Doce años antes de morir, el llamado “gallo giro” platicó por última vez con EL UNIVERSAL sobre cómo había sido su andar en el cine mexicano, entonces se había tomado un prolongado retiro pero reapareció en un comercial en televisión y para su sorpresa nadie lo había olvidado.

En una fotografía de 1985 posó junto a un cuadro de antaño en el que aparece luciendo el atuendo de charro y cargando a un gallo; desde un inicio, cuando fue descubierto por Raúl de Anda, su voz, su forma juguetona de ser y su figura varonil llamaron la atención, no era igual a las dos estrellas de la época, Jorge Negrete y Pedro Infante, Aguilar tenía lo suyo, empezando con esas pobladas cejas que le dieron un sello propio.

Primero actuó con Pedro Infante en la cinta “ATM”, para después aparecer nuevamente con él en “¿Qué te ha dado esa mujer?”, siendo ambas un éxito en taquilla en 1951.

“Sigue trepidando el teatro Alameda con las carcajadas que provoca esta fenomenal mano a mano entre Pedro Infante y Luis Aguilar. Pocas veces tropiezan en la vida dos tipos tan pintorescos como Pedro y Luis”, se lee en el póster de la época que invita a ver la película “A toda máquina”.

Se animaba a ir al público al cine para pasar un divertido momento junto a dos figuras de la época de oro del cine mexicano.

“Un buen consejo déjese usted de preocupaciones y venga a reír como nunca”.

En enero de 1953, 11 meses antes de la muerte de Jorge Negrete, Luis Aguilar protagonizó a su lado “Tal para cual”, una divertida comedia ranchera que se anunció como un mano a mano divertido y gracioso, ¡el más entretenido del año!.

“El enredo de cada quien con cada cual, ¿quién es quién y cuál es cuál?, una avalancha de melodías chistes y carcajadas”, se lee en el póster de la época publicado en este diario.

Luis Aguilar perteneció a la tercia de charros de la época de oro del cine mexicano, mientras que Jorge Negrete murió a los 42 años, Pedro Infante lo hizo a los 39 y el llamado “Gallo giro” a los 79.

Una fiesta llevó a Luis Aguilar a la actuación

Luis Aguilar siempre le tuvo amor al mar y a la pesca, antes de ser actor y cantante él disfrutaba del negocio en torno al mar.

“Desde niño tuve una afición única que conservo, la pesca, ya no le cuento como allá en el Golfo de California lo mismo me despachaba tintoreras que tiburones”, contó a EL UNIVERSAL; tras su paso fallido en el mundo militar, se dedicó a la pesca en los astilleros del puerto de Mazatlán, comenzó a armar sus propias lanchas, inició un muy buen negocio vendiendo las vísceras de tiburón a los clientes estadounidenses, quienes las convirtieron en vitaminas para los soldados que combatían en la primera Guerra Mundial. A la par se convirtió en un muy buen pescador y llegó a tener más de 20 lanchas camaroneras y de pesca.

Pero en una ocasión que visitó a sus padres en la Ciudad de México, asistió a una fiesta, y con unas copitas encima se puso a cantar, y un amigo del productor, director y guionista cinematográfico Raúl de Anda lo vio y se interesó en él.

“Entré al cine porque cantaba un poquito y después tuve la gran suerte”, decía siempre Aguilar cuando recordaba sus inicios en el mundo artístico, en el que fue aprendiendo a actuar en cada película.

En una charla en 1971, Aguilar recordó sobre el paso del tiempo y su andar en el cine, donde participó en más de 80 películas.

“El cine llegas a entenderlo así como pasan los años, galán galán es difícil que lo sea siempre, a menos que peques de necio, los productores de miopes y desconozcas lo que es ridículo. De modo que denme la de actor más sobrio o más simpático”, decía sobre la galanura eterna.

Sus actuaciones fueron polifacéticas, aunque el público siempre lo prefirió como el “Gallo Giro”, pero él siempre reconoció su propio talento y vigencia en cinco décadas.

“Dios me dio vida para pasar de una generación a otra de modo que no me quedé en un solo tipo el de charro. Por mí pueden venir comedias dramas…. Y hasta he sido animador de la televisión”.

Luis Aguilar superó el alcoholismo que puso en jaque su matrimonio con la actriz Rosario Gálvez, fue un buen padre y un admirado actor y cantante que nunca dejó atrás su amor por el fascinante mundo marítimo, sin embargo, el mundo artístico le dio fama, aplausos y reconocimiento, tal como pasó con sus colegas Pedro Infante y Jorge Negrete.

Por Agencias