La astrología parte de la creencia de que el movimiento de los astros afecta nuestro comportamiento y fortuna en el día a día. Si bien, científicamente sabemos que la posición de un planeta o una constelación nada tiene que ver con que encuentres el amor, sí hay ciertos eventos astronómicos que pueden afectar el comportamiento de los animales. Los eclipses totales de sol son un excelente ejemplo de ello.
Los ritmos circadianos
Para entender cómo un eclipse nos afecta a los animales, tenemos que considerar que nuestro cerebro cuenta con un reloj biológico en el hipotálamo. De esta forma se establecen los ritmos circadianos, señales que responden a la cantidad de luz a la que estamos expuestos y que regulan cambios en las características físicas y mentales a lo largo del día.
Por ejemplo, cuando nos encontramos expuestos a la luz, la glándula pineal deja de producir la hormona que provoca la sensación de somnolencia, la melatonina. Por el contrario, cuando oscurece la producción de melatonina se reinicia, razón por la cual nos da sueño cuando el Sol comienza a desaparecer del firmamento o cuando nos apagan la luz.
Es decir, la próxima vez que empieces a cabecear durante una junta – o clase – con las luces apagadas, la voz arrulladora y tono monótono del ponente, puedes decir que es culpa de tus ritmos circadianos.
Dado que estos son controlados por la luz y que el sol sale y se oculta en un ciclo continuo, nuestro cuerpo está habituado a una rutina de luz y oscuridad que dicta gran parte de nuestro día a día.
Sin embargo, nuestros relojes biológicos se pueden alterar ante la ausencia o presencia de luces artificiales. Por ello no solamente los humanos, sino muchos animales que conviven con nosotros, ven afectados sus ciclos al tener las luces de la calle y casas prendidas; nuestro cuerpo sigue funcionando como si fuera de día aunque esté bien entrada la noche.
Los eclipses afectan estos ritmos
Como te podrás imaginar a estas alturas, los eclipses suponen un cambio en el ciclo de luz, ya que durante varios minutos podemos tener una oscuridad como si fuera de noche aunque estemos a la mitad del día.
Debido a que podemos predecir con total certeza cuándo habrá un eclipse, esto le da la oportunidad a los científicos del mundo de plantear diversos experimentos u observaciones que pueden hacer únicamente durante esos breves lapsos de tiempo.
En México, por ejemplo, se hizo seguimiento a especies de murciélagos durante el eclipse total de sol de 1991. Dos especies (Anoura geoffroyi y Desmodus rotundus), durante el día, descansan en cuevas, mientras que una tecerca (Balantiopteryx plicata) lo hace en áreas más expuestas a la luz.
Durante el eclipse, B. plicata, o murciélago gris de saco, comenzó a realizar sus actividades como si ya fuera de noche, mientras que las primeras permanecieron en su cueva. Esto nos lleva a la conclusión de que las especies que perchan en sitios expuestos ven su comportamiento afectado por la oscuridad repentina, mientras que las especies de cueva regulan sus hábitos diarios por medio de otros relojes internos no dependientes de luz.
Otro ejemplo se dio en Venezuela en 1998 y en Etiopía en 2020. Durante sendos eclipses totales de sol, los ornitólogos observaron el comportamiento de 14 especies diferentes de aves – 4 en Venezuela y 10 en Etiopía -.
Durante el día, las actividades normales de las aves se pueden resumir en movimiento, búsqueda de comida y cortejo – durantes las cuales hay llamados y cantos -, mientras que en la hora crepuscular, antes de que se oculte el sol, las aves dejan de realizar dichas actividades para regresar a sus nidos y dormir.
En ambos casos los investigadores notaron que en los minutos previos a los eclipses las aves comenzaron a regresar a sus nidos, disponiéndose a dormir. Una vez terminado el evento las 14 especies regresaron a sus actividades diurnas, aunque cada una a diferente ritmo.
Un estudio observacional más, realizado en el zoológico Riverbanks Zoo and Garden, en Carolina del Sur, Estados Unidos, hizo un seguimiento de 17 especies distintas de animales, relacionando sus comportamientos a cuatro categorías distintas: normales (su comportamiento habitual durante el día), nocturno, ansiedad aparente, y novedoso.
De ellas, 13 realizaron actividades fuera de lo normal. Ocho comenzaron sus rutinas nocturnas; en otras cinco se observó ansiedad aparente; y finalmente en dos especies de reptiles su comportamiento fue novedoso aunque asemejándose a estados de ansiedad.
Si bien los investigadores admiten que en el caso de los animales con ansiedad esta pudo deberse a factores humanos – ocasionados tanto por el eclipse como por el estudio -, sus observaciones son congruentes con estudios semejantes hechos en animales silvestres donde no hubo intervención humana.
Con tan solo estos pocos ejemplos podemos darnos cuenta de que, en realidad, los eclipses sí tienen una gran influencia en el comportamiento de los animales, pero no por alguna energía mística inexplicable, simplemente les hace pensar que el día está terminando y es hora de dormir – o viceversa en el caso de los murciélagos -.
Por otra parte, para la especie dominante del planeta, la humana, los eclipses son provocadores de grandes migraciones, ya que viajamos a donde se verá mejor. con tal de no perdernos este espectáculo astronómico tan poco frecuente. Eso sí, hay que recordar hacerlo con todas las medidas para no lastimar nuestros ojos.
Referencias: