Desde tiempos inmemoriales, civilizaciones y sociedades de todo el mundo han ideado mitos sobre los gatos, muchos de ellos bastante extraños, fantásticos y lejos de la luz de la razón. No hay duda de que estas criaturas, que han acompañado al humano de manera doméstica desde hace mucho tiempo, poseen una apariencia física que les da un aura enigmática evidente.
En esta ocasión vamos a repasar toda clase de mitos sobre los gatos, lo cual también nos da la oportunidad de conocer la gran imaginación del ser humano y el gran respeto (o temor) que siente por esta especie animal desde los albores de la historia.
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Los gatos le roban el aliento a los bebés
Durante siglos, los ingleses creyeron que los gatos buscaban la manera de meterse en la cuna de un bebé y absorber su aliento hasta causarle la asfixia. Esto tenía diversas explicaciones, la más famosa decía que el animal estaba celoso porque el recién nacido le robaba la atención de sus dueños; otras versiones dicen que no eran los celos sino el olor de la leche en los labios del bebé lo que les inspiraba a robarles su aliento. En 1791, un jurado de Plymouth (Inglaterra) declaró a un gato culpable de infanticidio por este motivo.
Jólakötturinn, el Gato de Yule
En Islandia se teme al feroz Jólakötturinn, el Gato de Yule, que merodea por la helada campiña en busca de seres humanos para comérselos. Esta criatura no quiere comerse a cualquiera, sino sólo a las personas que no lleven ropa nueva para Nochebuena. El mito está muy extendido entre los granjeros, quienes cuentan este cuento a sus trabajadores como incentivo para que terminen de procesar la lana antes de que llegue el otoño. Esta fábula apareció impresa por primera vez en el siglo XIX y se popularizó hasta principios del XX.
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Causaron la Peste Negra
En la Edad Media, los gatos eran asociados a las brujas y los hechiceros. También se creía que la mordedura de un gato era venenosa, al igual que su carne. Si respirabas su aliento, corrías el riesgo de contraer tuberculosis. También podían amargarte la cerveza si se les antojaba. Todo ello dio pie a que cuando la peste bubónica arrasó Europa en el siglo XIV, matando hasta el 60% de la población en algunas regiones, se asumiera que el Diablo y sus secuaces felinos eran los responsables.
Como resultado, un gran número de gatos, sobre todo negros, fueron exterminados durante la peste, y a veces también sus dueños. Después se supo que el verdadero culpable de la plaga era la pulga oriental, que vive en las ratas. Con un número drásticamente menor de gatos, la población de ratas en Europa se disparó, al igual que la plaga.
Extraños relatos bíblicos
Lilith, la insubordinada primera mujer de Adán, aparece mencionada en el Libro de Isaías. Se le describe como una figura demoniaca del folclore hebreo a la que le gusta comerse a los bebés. Pero, ¿sabías que también puede convertirse en gato? Según algunos judíos sefardíes, Lilith también era conocida como El Broosha, un demonio que come bebés y adopta una forma de gato gigante. Le gustan especialmente los recién nacidos y los acecha por la noche, drenándoles hasta la última gota de sangre, como si fuera una especie de vampiro.
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Eran peligrosos para las mujeres embarazadas
En algunas zonas de Europa se consideraba peligroso que una mujer embarazada agarrara a un gato o lo dejara dormir en su regazo. En Portugal, se decía que el gato infectaría al bebé con una verruga o un lunar, normalmente peludo, y en Inglaterra, se creía que el bebé nacería con una marca de nacimiento en forma de gato… o con la cara de uno de estos animales.
Viven en el mar y son capaces de provocar tormentas
Los pescadores de las Islas Británicas solían arrojar un poco de pescado al mar para una mítica gata, que, según el folclor británico, en realidad era una bruja. La historia dice que la mujer salió a navegar con su prometido, un pescador. En el viaje, la mujer maldijo a toda la flota y provocó una tormenta que hizo naufragar el barco. Esto lo hizo como venganza contra los miembros de la tripulación que pensaban que era de mala suerte tener una mujer a bordo y querían que se ahogara.
Los pescadores entonces lanzaban un pescado al mar para evitar que la bruja desatara su furia contra las embarcaciones. Por otro lado, muchos marineros y pescadores también creen que si un gato cae por la borda se desatará una tormenta y el barco zozobrará.
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