Un comercial navideño logró reunir, después de 40 años, a dos grandes amigos: E.T., el extraterrestre, y a Elliot.
E.T. solo espera ver a su gran amigo, un niño que dejó en la Tierra cuando él tuvo que volver con su familia al espacio; sin embargo, ese niño ya no existe, ahora es un adulto que ya tiene esposa e hijos.
Steven Spielberg, creador de E.T., participó en el guion del comercial para Xfinity de casi cuatro minutos.
En las imágenes, se aprecia cómo dos niños juegan con la nieve en el patio de su casa, cuando empiezan a prender y apagar las luces.
Ante tal evento, una misteriosa luz azul llama la atención de los menores, quienes deciden ir a explorar hasta encontrarla.
Mientras caminan, descubren pisadas en la nieve hasta llegar a un muñeco cuyas manos no son de palito de madera, por el contrario, son extremidades delgadas y cafés.
De pronto, el ya conocido rostro de E.T. aparece en escena.
Ante lo desconocido, los niños comienzan a gritar al verlo y el extraterrestre también se asusta.
Y en eso, un Elliot adulto corre a abrazarlo. “Regresaste”, le dice, para después presentarle a sus hijos y esposa.
A lo largo de estos 40 años, muchas cosas cambiaron. Por lo que Elliot y su familia se disponen a mostrarle los avances tecnológicos como los juegos de realidad virtual.
Pero E.T no olvida el momento en que Elliot le salvó la vida y, por ello, se lleva a los niños a uno de los paseos más hermosos: volar, montado en una bicicleta, por el cielo bajo la luz de la luna.
Y es así como E.T regresa a su nave espacial para volver a casa, dejándole a lo hijos de Elliot un dispositivo virtual para comunicarse.
Con Información de N+