Pequeños, valientes, con ojos enormes y el carácter de un coyote. Así son los chihuahueños, el perro más pequeño del mundo, y uno de los más emblemáticos y apreciados de la cultura pop.
Considerada una raza originaria de México y una de las más antiguas del continente, al igual que el xoloitzcuintle, el nombre de los chihuahueños hace referencia al desértico estado de Chihuahua, en el norte del país. Sin embargo, el término no es tan obvio como se podría pensar.
¿El perro chihuahueño en verdad es de chihuahua?
Primero que nada, hay que aclarar que el nombre correcto de estos simpáticos perros es chihuahueño, de acuerdo con la Federation Cynolgique Internacionale (FCI). Sin embargo, este puede cambiar según el idioma; en inglés, francés y alemán se le dice chihuahua (que significa “lugar árido y arenoso” en lengua rarámuri, una de las culturas indígenas de la región); con el tiempo, esta palabra que se popularizó para referirse a la raza alrededor del mundo. El único calificativo incorrecto es chihuahuense, gentilicio de quienes son oriundos de Chihuahua.
Con esto claro, ¿estos perros provienen de dicho estado? La FCI afirma que sus ancestros silvestres sí eran originarios del desierto de Chihuahua, donde fueron capturados y domesticados por los toltecas desde el siglo IX. Este antepasado se llamó techichi, y se han encontrado registros de su presencia en vasijas, ofrendas, cerámica y hasta juguetes de distintas culturas mesoamericanas, como la maya y la mexica.
El perro más pequeño del mundo
Aunque el perro chihuahueño de la actualidad solo conserva una parte del techichi, instituciones como el American Kennel Club (AKC) y algunos estudios genéticos señalan que la raza tiene su origen en la cruza con perros miniatura europeos y con un antepasado del perro crestado chino, el cual fue traído de Asia al continente americano a través del estrecho de Bering.
Esto favoreció la disminución de su tamaño y lo convirtió en un compañero domesticado que se comercializó por todo el México prehispánico. Incluso, junto con el xoloitzcuintle (raza que se estima tiene 7,000 años de antigüedad) fue considerado uno de los tesoros favoritos del tlatoani Moctezuma II.
Otra discusión sobre la raza refiere a las características de su “pureza”. El AKC reconoce dos variedades: el pelo corto y el de pelo largo, aunque también se les categoriza como “cabeza de manzana” o “cabeza de venado”, según la forma de su hocico.
Fama canina
Estos perros se popularizaron especialmente durante la primera década de este siglo gracias a celebridades como Paula Abdul, Paris Hilton y Britney Spears, quienes solían llevarlos a las alfombras rojas dentro de sus bolsos Gucci. Sin embargo, artistas como el músico español Xavier Cugat ya acudían a ciertos eventos con sus perritos desde los años cuarenta.
El atractivo de estos canes también ha llegado a la pantalla grande con películas como Beverly Hills Chihuahua (2008) o Legally Blond (2001), donde el protagonista perruno es en realidad la mascota de la actriz Reese Whiterspoon.
¿Perros de juguete?
La cultura pop también implantó la idea de que a estos canes les gusta ser vestidos y llevados en bolsos a cualquier lado. Pero los perros chihuahueños suelen tener un carácter nervioso, por lo que no necesariamente es bueno que convivan de manera constante con extraños, en especial si no tienen entrenamiento.
Como son pequeños y suelen verse tiernos, son uno de los perros favoritos de los niños, aunque no son precisamente los más indicados para jugar con pequeños debido a su naturaleza desconfiada. Su tamaño es una ventaja para quienes viven en departamentos y espacios reducidos, pero siguen requiriendo salir a pasear al menos una vez al día; también se recomienda protegerlos de manera adecuada contra las bajas temperaturas debido a su sensibilidad.
Un detalle para tomar en cuenta antes de adoptar uno es que son perros muy fieles y valoran la compañía humana, por lo que también pueden llegar a experimentar ansiedad por separación. Estas situaciones que se pueden tratar con entrenamiento, cuidado y mucha atención.