La temporada 2023-2024 de camarón inició el sábado con la exhibición del evidente ocaso de esta pesquería que en algún tiempo fue sinómino de bonanza.

Muy lejos están los tiempos –y resultados– en los que el camarón significaba riqueza y empleos.

Se conjugaban entonces abundancia de rercurso, respaldo económico oficial, precio y demanda comercial, para que a Guaymas se le considerara el puerto pesquero más importante del noroeste de México.

Pero las circunstancias cambiaron por diversos factores — de sobra conocidos — y el llamado ´oro rosado´ dejó de tener el peso -y los pesos- que significaba en la economía de Guaymas y de Sonora.

Para muestra el reciente inicio de la temporada camaronera para la flota mayor, con apenas 69 barcos haciéndose a la mar.

Ni siquiera la mitad de la embarcaciones registradas, vigentes y aptas para la pesquería pudieron salir en pos del crustáceo.

La flota guaymense actual es de 150 embarciones, pero muchas no pudieron activarse por diversas factores, el económico principalmente.

Los 69 barcos que zarparon el 23 de septiembre, al levantarse la veda camaronera, ocupan a alrededor de 480 pescadores –con con entre 7 y 8 tripulantes cada uno–, lejos, muy lejos también, de la demanda de mano de obra pesquera que requería antaño.

En los buenos tiempos de la pesca, se contabilizaban hasta 350 embarcaciones en este puerto y laboraban a bordo casi 2 mil 500 hombres de mar.

Hoy la realidad indica que se perdieron en ese rubro casi 2 mil empleos sólo en cuanto a tripulación, sin contar otras fuentes de trabajo como las plantas procesadoras que igual generaban una gran ocupación.

En la la historia quedará consignado que Guaymas fue un importante puerto camaronero, antecedente cada vez más lejano no sólo en tiempo, sino en riqueza e impacto social.