- La realidad es que estamos muy lejos de tener selecciones de élite.
Hace unos días, en el Centro de Alto Rendimiento se presentó el plan de trabajo para las selecciones nacionales. Bien hecho, ordenado y con buena cara de todos. El problema es que ésta es una película que ya vi varias veces y que, al final, tiene terminación de terror.
Se habló de la Copa del Mundo del 2026, donde se pretende estar entre los ocho mejores del planeta y para el 2030 se llegó a mencionar ser campeones del mundo. Más exagerado, imposible.
Sisniega, como presidente de la Federación, fue quien llevó las palabras más importantes del evento.
También se habló de Carlos Vela, ya que tanto Lozano como Davino dijeron que intentarán convencer al jugador de Los Ángeles de que acepte volver a la selección. Este tema lo veo como perdido, porque a Carlos no le gusta concentrarse ni jugar con el combinado nacional.
Y la polémica de Julián Quiñones, quien es tan mexicano como usted o como yo, pero que no nació aquí. Yo creo que llevar a Quiñones a selección es una nueva oportunidad de tener un ataque diferente.
Quiero ver dónde estará el apoyo a Jaime Lozano en malos momentos. Espero que estén tan convencidos del proyecto como para sostenerlo después de alguna derrota dolorosa. Si alguien quiere que le vaya bien a Lozano soy yo, que lo conozco desde antes de debutar en Primera División.
Jaime es buena persona, buen padre, buen marido y buen entrenador. Se merece éxito en su vida.
Y la posibilidad de ser local en el 2026 le da muchas herramientas para lograr el mejor Mundial de la historia para México.
Andrés Lillini, en selecciones con límite de edad, también es un acierto. Conoce muy bien el trabajo con jóvenes y conoce muy bien al futbolista mexicano.
En femenil hay que apretar para tener más éxitos y nunca más volver a perdernos de un Mundial.
En el plan 2026 a 2030 sólo se habló de cosas bonitas, pero no de la verdadera realidad del futbol mexicano. Estamos lejos de las potencias y nadie puede ser un mago como para cambiar las cosas en unos años.
Se tienen más posibilidades de éxito siendo locales y hasta ahí. Nada de volarnos e imaginar cosas que no pueden cumplirse.
A los aficionados hay que hablarles con la verdad y la realidad es que estamos muy lejos de tener selecciones de élite.
Deseo que la foto de todos abrazados dure un buen rato y que, sobre todo, apoyen a los entrenadores en malos momentos. Ya va siendo hora de tener continuidad en los proyectos.
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Con Información de Excelsior