En muchas ocasiones durante la construcción de edificios, carreteras o alguna estructura de gran tamaño, cuando se prepara el terreno, los encargados de llevar a cabo el proyecto tienen la fortuna de encontrar alguna sorpresa durante su trabajo. En ocasiones puede tratarse de alguna reliquia arqueológica o, como es en este caso, los restos de un animal que vivió hace miles o millones de años, es decir, un fósil.
Debido a los trabajos realizados en Santa Lucía, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han hecho un hallazgo prácticamente único en su tipo, han desenterrado un huevo fósil de flamenco. Hasta el momento, este es el primer fósil de su tipo – en lo que respecta a estas aves – en América y el segundo a nivel mundial.
El fósil ha permitido a los investigadores del INAH, J. Alberto Cruz, Joaquín Arroyo Cabrales y Eduardo Corona M., junto con el investigador del Tecnológico Nacional de México, Omar Moreno Flores, conocer más sobre la paleoecología de la zona de Santa Lucía, en el Estado de México, como lo reportan en la revista científica Historical Biology.
Es la primera vez en América que se encuentran huevos fósiles de flamenco
Los huevos fósiles y las condiciones del yacimiento paleontológico – dentro de sedimentos lacustres, depositados en el paleolago de Xaltocan – permiten inferir que durante la transición de los periodos Pleistoceno y Holoceno – entre 33000 y 8000 años antes de la actualidad – existió un lago poco profundo y de alta salinidad. Además también sugieren que las condiciones climáticas eran más cálidas y húmedas que las actuales.
Para determinar el tipo de ave que puso el huevo hace miles de años, los investigadores compararon los huevos de diferentes especies de aves, considerando parámetros como longitud, ancho máximo, patrón de la cáscara y la forma.
Especialmente se buscó entre especies de aves acuáticas de América del Norte y América Central, como el pelícano blanco americano, ganso blanco, ganso de Canadá, cisne de tundra, grulla canadiense, entre otros.
Con un tamaño de 93.491 milímetros de largo y ancho máximo de 55.791 milímetros; la forma alargada, con ambas puntas agudas y sin patrón de manchas o inmaculado en la cáscara del huevo, los investigadores concluyeron que el fósil pertenece a un integrante de la familia de los flamencos, Phoenicopteridae.
El descubrimiento es aún más relevante considerando la distribución de la especie de flamenco actual, el flamenco americano (Phoenicopterus ruber), que se puede encontrar desde Florida y la costa norte del Golfo de México en Estados Unidos, en el Caribe y hasta el norte de Sudamérica.
En México se les encuentra principalmente en la Península de Yucatán, en distintas zonas cercanas a la costa como son Ría Celestún y Ría Lagartos en Yucatán, siendo uno de los grandes atractivos turísticos durante su época de anidación en los que se ven a miles de estas hermosas aves de plumaje rosa y patas largas con sus crías, cuyo plumaje es blanco.
La comparación con especies vivas también permite establecer que los huevos descubiertos por Martin del Campo pertenecen a especies de la misma familia
Todas las evidencias fósiles de flamencos en el país se han dado en el centro del territorio: pertenecientes también al Pleistoceno se han encontrado huesos fósiles en Tocuila, Tepexpan y Chimalhuacán, localidades cercanas a Santa Lucía; así como en San Marcos y Chapala, Jalisco. La evidencia más antigua de este grupo se encuentra en Pie de Vaca, Puebla, se trata de la impresión de un esqueleto que data del Plioceno, hace 5.33 a 2.58 millones de años.
Si bien en América se han encontrado fósiles de la familia de los flamencos en Estados Unidos, México, Costa Rica, Argentina, Uruguay y Venezuela, con datación del Mioceno tardío hasta el Holoceno – hace 11,63 millones de años hasta 11,700 años antes del presente -, todos los registros se habían realizado con huesos. El huevo fósil de Santa Lucía es el segundo de su tipo en el mundo, el primer registro se realizó en España, donde se encontraron cinco huevos fósiles.
Este hallazgo confirma que los lagos de la Cuenca de México sufrieron importantes cambios debido a la influencia ambiental de las glaciaciones y la intensa actividad volcánica. La presencia de huevos indica que el lago de Xaltocan, durante un periodo de tiempo, debió tener las condiciones adecuadas para la anidación de flamencos. Es decir, una salinidad y alcalinidad altas, que permitieran el desarrollo del alga espirulina y de pequeños invertebrados, ambos parte fundamental de la dieta de estas aves.
La investigación no se detiene, por el contrario, ahora se requieren múltiples estudios tanto del huevo como del sitio donde se le encontró. Análisis morfológicos, estructurales, geoquímicos, y de ser posible incluso de ADN y de proteínas, podrían revelar más información sobre las condiciones del paisaje, pero también sobre la especie que anidaba en este sitio hace unos cuantos miles de años.
Referencias:
- J. Alberto Cruz, et al. 2023. The first American occurrence of Phoenicopteridae fossil egg and its palaeobiogeographical and palaeoenvironmental implications. Historical Biology. DOI: 10.1080/08912963.2023.2241050