En 2022, las olas de calor registradas habían marcado records de temperatura en diversas partes del mundo, pero desafortunadamente, 2023 es, al menos de momento, el año más caliente desde que se tiene registro.

Distintos observadores climáticos en el mundo han reportado incrementos en sus temperaturas máximas por día desde el mes de junio. Lamentablemente julio, que suele ser el mes más caliente en promedio en el mundo, no ha defraudado, rompiendo los nuevos récords establecidos apenas unos días antes.

Es debido a estos incrementos que una de las principales preocupaciones para la salud son los trastornos ocasionados por la temperatura ambiental – especialmente en centros urbanos donde los incrementos son más notorios -. Tal vez el mayor de ellos sea el golpe de calor, una condición que se da cuando los mecanismos de regulación de la temperatura corporal de un organismo no son suficientes y el cuerpo básicamente se sobrecalienta pudiendo afectar al corazón y cerebro, llegando a ser letal si no se trata a tiempo.

Las personas que trabajan en exteriores y deportistas son los más propensos a sufrir un golpe de calor.Liudmila Chernetska /iStock

Una de las primeras consideraciones que debemos tener es que no todos los organismos regulamos nuestra temperatura corporal de la misma forma ni tan eficientemente. Vaya, ni siquiera los individuos de una misma especie lo hacen uniformemente, ya sea por sus particularidades genéticas, qué tan aclimatados estén al lugar donde se encuentran, características fisiológicas que varían incluso día a día, o por edad, obesidad u otras enfermedades.

¿Cómo regulan los animales su temperatura?

Tomemos de ejemplo, en primera instancia, al humano. Nuestra especie cuenta con distintos métodos de dispersión de calor, siendo el más evidente el sudor, proceso por el cual se libera agua mediante glándulas ubicadas en la piel, de forma que el cuerpo intenta refrescarse por la evaporación del agua.

Un segundo método se da a nivel del sistema circulatorio, las venas se dilatan para aumentar la circulación por la superficie corporal, promoviendo la pérdida de calor por convección y radiación. Es por este mecanismo que se recomienda que no usemos hielos de forma prolongada, ya que entonces el sistema circulatorio podría contraerse aún si requiere lo contrario, lo que en sí mismo podría promover un golpe de calor. Aunque nos parezca contraproducente, el tomar o ingerir algo caliente puede tener más beneficios ya que estimulamos a nuestro cuerpo a dilatar las venas, si es que no lo ha hecho ya.

A diferencia de los humanos, los perros y gatos solamente sudan por sus patas y su nariz, mientras que aves y conejos, otras mascotas populares, simplemente no lo pueden hacer.

Es por el poco sudor que pueden generar, que perros y gatos cuentan con otros mecanismos para refrescarse. En el caso de los canes jadear es la principal forma, permitiendo la evaporación de agua en la superficie húmeda de la boca y lengua. Por su parte, los michis se acicalan para que la evaporación de su saliva actúe como lo hace el sudor.

Nuestras mascotas también corren un grave riesgo en esta temporada.Liudmila Chernetska /iStock

Los conejos por su parte comen menos y procuran usar más energía para promover la pérdida de calor. Sus orejas sirven como disipadores del calor, ya que el sistema circulatorio promueve el flujo de sangre por ellas, que al tener menos pelaje y gran área es una superficie de contacto ideal para refrescarse.

Las aves por su parte tampoco sudan, por lo que tienen que recurrir a formas de disipación conductual como jadear, abrir sus alas, buscar cuerpos de agua y en el caso de muchas especies, incluso migrar a climas más adecuados.

Claves para su prevención

Independientemente de la especie, un buen estado de salud es clave para evitar sufrir un golpe de calor. Estar en los extremos de edad – sea muy joven o en la 3ra edad -, tener sobrepeso, estar deshidratado, o presentar enfermedades del corazón, son factores de riesgo. En el caso de mascotas, algunas razas – llamadas braquicéfalas – de perros y gatos corren más peligro por la estructura de su sistema respiratorio, como los pugs, bulldogs, boxer, gatos persas e himalayos.

De ser posible debemos evitar estar en exteriores entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde, cuando la radiación solar es más intensa. De igual forma debemos buscar en todo momento la sombra y no realizar actividades extenuantes. Es importante también estar en lugares bien ventilados y de ser posible con aire acondicionado o ventiladores.

En el caso de mascotas, tanto perros como gatos buscan los lugares más frescos posibles por lo que es importante permitirles el acceso a nuestra casa y no tenerlos en patios o techos. En el caso de aves y conejos, procurar de igual forma tenerlos dentro de la casa, las aves pueden disfrutar de un traste con agua para refrescarse, mientras que los conejos, que se refugian en madrigueras en su ambiente natural, se verán beneficiados de lugares frescos alejados del sol.

Protegerse del sol es también un elemento clave de prevención, en nuestro caso usar gorras, lentes, ropa de manga larga, son buenas opciones. En el caso de perros y gatos, aunque pueda parecer lo más lógico para mantenerlos frescos, el retirar su pelaje puede ser peligroso. Este también tiene la función de protegerlos del sol, por lo que rapar a nuestra mascota puede provocar quemaduras en la piel o irritación. 

Uno de los peores errores de los dueños es dejar a su mascota, especialmente perros, en el coche, donde puede haber más calor que en el exterior.iStock

En caso de presentar, o ser testigo de, síntomas de golpe de calor, como sudoración excesiva, confusión, vómito, enrojecimiento de la piel, aceleración del ritmo cardíaco, dificultades para respirar, de acuerdo a la Secretaría de Salud, es clave no medicar al afectado, “llevarlo a un sitio fresco y colocarle los pies en alto; después llamar al teléfono de urgencias. Mientras se presenta la ayuda, se deberá quitar la ropa del paciente e intentar disminuir la temperatura corporal colocando tela mojada o hielo en las axilas o ingles. Si es posible, mover a la persona afectada a zonas con aire acondicionado o ventilador.”

En el caso de mascotas el protocolo es semejante, la prioridad debe ser llevarlos a un sitio fresco y con ventilación, y buscar ayuda de un médico veterinario que evaluará el caso y dará el tratamiento más adecuado, que puede incluir la administración de fluidos.

Los golpes de calor pueden ser letales, algunos animales pueden estar más en riesgo – como conejos y aves -, pero con las medidas adecuadas podemos evitarlos. Desafortunadamente, estas son medidas que cobrarán cada vez más importancia si las temperaturas siguen aumentando y si la tendencia se mantiene el verano de 2023 podría ser el más “frío” del resto de nuestras vidas. 

Referencias

  • Gabriela Goncalves Caldas, et al. 2022. Heat stroke in dogs: Literature review. Vet Med-Czech 67,pp 354-364. DOI: 10.17221/144/2021-VETMED
  • Abderrezak Bouchama, et al. 2022. Classic and exertional heatstroke. Nat Rev Dis Primers (8)8 . DOI: 10.1038/s41572-021-00334-6
  • Yoram Epstein, Ran Yanovich. 2019. Heatstroke. The New England Journal of Medicine 380, pp 2449-2459. DOI: 10.1056/NEJMra1810762
  • Secretaría de Salud. 2014. Medidas preventivas de golpe de calor. Secretaría de Salud Consultado el 19 de julio de 2023.

Por Agencias