Juana Barraza, también conocida como “La Mataviejitas”, ha sido una de las asesinas seriales más impactantes del país debido a su singularidad: es la primera mujer involucrada en una serie de homicidios de personas de la tercera edad. Su historia es tan perturbadora como trágica, y se remonta a una infancia llena de abusos y desdicha.
Juana Barraza, en entrevista
¿Quién fue “La Mataviejitas”?
Nacida el 27 de diciembre de 1958 en Pachuca de Soto, Hidalgo, Juana enfrentó dificultades desde su nacimiento cuando su padre la abandonó llevándose a su hermano. Posteriormente, ella y su madre se trasladaron al entonces Distrito Federal, donde la vida de Juana fue marcada por la violencia y la pobreza. Su madre era adicta al alcohol, y su padrastro le negó educación y la sometió a maltratos físicos y verbales.
A los 18 años, Juana fue entregada por su madre a un hombre a cambio de tres cervezas. Este hombre la golpeó, ató de las muñecas y la violó, dejándola embarazada. Aunque finalmente fue rescatada por los hermanos de su padrastro, esta experiencia traumática dejó cicatrices emocionales permanentes en ella.
A los 23 años, Juana se casó con Miguel Ángel Barrios y tuvieron una hija, pero la relación se tornó violenta con el tiempo. Tras la muerte de su primer hijo, José Enrique, durante una riña callejera, Juana vivió el que describe como el momento más triste de su vida.
Los crímenes de La Mataviejitas comenzaron a sacudir la Ciudad de México a partir de 2003 [, cuando varias mujeres de la tercera edad fueron encontradas muertas en sus hogares con signos de estrangulamiento. Al principio, las autoridades no vincularon los asesinatos, pero la cifra de víctimas aumentó de manera alarmante.
El arresto de Aracely Vázquez, una detención impune
La investigación llevó al arresto de Aracely Vázquez, quien fue sospechosa de algunos de los asesinatos, pero no se logró establecer conexión con todos los casos. La búsqueda del asesino o asesina continuó, y las autoridades comenzaron a considerar la posibilidad de que el perpetrador fuera un travesti debido a las descripciones físicas proporcionadas por algunas de las víctimas sobrevivientes.
“Se hacía pasar como trabajadora de salud, del trabajo social, la cual portaba una bata blanca y utilizaba pelucas, se realiza el cateo en su domicilio y efectivamente se encuentran pelucas y batas blancas con logotipos de un centro de salud”, indicó Patricia Dayan, oficial de la Unidad 17 de Homicidios de la Procuraduría capitalina.
En el documental La Dama del Silencio, Aracely Vázquez habla sobre su detención desde un penal en el que cumple una pena de 23 años por un homicidio, el cual no se ha demostrado si se cometió e inclusive los encargados de la investigación comentaron que no sabían del caso.
Autoridades creyeron que el asesino podría ser un travesti por la descripción física del atacante que dieron mujeres que no fueron asesinadas.
“Se pensaba que era un travesti por la descripción física que decían que era una persona muy tosca, que tenía la espalda muy ancha, se realiza una investigación de los grupos de travesti en la Ciudad de México”, mencionó Renato Sales, el entonces procurador de Averiguaciones Previas.
Durante las investigaciones por el asesinato de más de 20 mujeres de la tercera edad, la entonces oficial de la Unidad 17 de Homicidios, Patricia Dayan, realizó un busto con base en más de 15 retratos hablados, el cual fue presentado en conferencia de prensa.
La detención de “La Dama del Silencio”
Tras el aumento de asesinatos y de conocer cómo operaba la asesina de las mujeres de la tercera edad, la policía capitalina implementó un operativo en parques y jardines de la Ciudad de México, en donde Juana Barraza aprovechaba para tener contacto con las ancianas.
Finalmente, la policía implementó un operativo en parques y jardines de la ciudad para vigilar a las ancianas, lo que llevó al arresto de Juana Barraza el 25 de enero de 2006. Barraza fue sorprendida en el acto después de asesinar a Ana María, una de sus víctimas.
Durante los interrogatorios y juicios, Juana Barraza fue condenada por al menos 17 asesinatos de mujeres de la tercera edad. Fue sentenciada a 759 años de prisión, aunque la pena máxima es de 50 años, lo que significa que saldría de prisión cuando tenga 98 años.
La vida en prisión de Juana Barraza
En prisión, Juana contrajo matrimonio con un hombre en un evento de bodas masivas organizado por la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del Distrito Federal en julio de 2015, pero su matrimonio terminó en divorcio al año siguiente.
En entrevistas posteriores, Juana Barraza ha insistido en que fue condenada injustamente y niega haber cometido los asesinatos. Sus declaraciones han sido contradictorias, pero siempre ha mantenido que debería estar en libertad.
La historia de Juana Barraza, La Mataviejitas, es un oscuro capítulo en la crónica criminal de México. Su trágica infancia y su vida marcada por la violencia y el abuso la convierten en una figura compleja y perturbadora. Sin importar las versiones y declaraciones, su legado como una de las pocas asesinas seriales mujeres en el país perdurará en la memoria de la sociedad.