Tras ser uno de los galanes de las series 100 días para enamorarnos y Triada, y luego de regresar de una gira teatral por el interior de la República Mexicana con la obra musical Siete veces adiós, el actor argentino David Chocarro nuevamente está envuelto en una historia de amor, en la que también se aborda la relación de una madre imponente con su hijo en una etapa adulta.
Se trata de Tangos, tequilas y algunas mentiras, en la que el actor de 42 años comparte créditos con la mexicana Cassandra Sánchez-Navarro
(Cindy, la regia).
Para David Chocarro, las historias de amor deben proyectar lo vulnerables que son los personajes.
Saber que puedes vulnerabilizarte con otro, es un camino ganado. Por más comedia que sea lo que estés contando, tienes que estar abierto a sentir, a que haya una ida y vuelta y que se transforme en lo más creíble posible. Uno como público quiere que les vaya bien y ahí es donde van las comedias románticas, pues uno quiere que terminen juntos, se enamoren y sean felices en la vida. Creo que eso lo logré con Cass”, afirmó en entrevista
con Excélsior.
En efecto, la película disponible en Prime Video cumple su cometido de comedia romántica, en la que se presupone y desea el final feliz para los involucrados pero, más allá de eso, tiene en su trayecto un momento entretenido, divertido y lleno de contrastes.
Tangos, tequilas y algunas mentiras es una adaptación de la película Ocho apellidos vascos. Cuenta en su elenco con la argentina Soledad Silveyra y el mexicano Emilio Guerrero, quienes le ponen sal y pimienta a la trama. En ella, dos personas de mundos completamente opuestos, mantienen una farsa amorosa, cada uno por intereses personales, que se transformará en un
amor verdadero.
Diego, el personaje de Chocarro, es un hombre inestable, que busca complacer los sueños gestados por su madre para él, sin llevar a cabo los propios, a pesar de ser un adulto. Por complacerla, sostendrá esta mentira amorosa con Lu, una joven que recién conoció y que parecía ser sólo el desliz de una borrachera nocturna en México.
Diego tiene una presión tan grande de su mamá, de ser quien su madre quiere que sea, que al final creo que tampoco tiene la claridad de saber lo que él quiere. Lo que no quiere es ser lo que es ella. De ahí está en prueba y error continuos, sin tener contundencia en lo
que quiere.
Al conocer al personaje de Cass, a Lu, en esta mentira, que primero es de ella y que él luego necesita, para encontrarse ambos después en la verdad, es donde empieza a ver las cosas con mucha más claridad. No tiene que ver en qué quiere hacer, sino en cómo
lo quiere hacer.
Creo que los corazones se ablandan, el de la madre, el de él, el de Lu y se empieza a crear esta familia no convencional que todos necesitan. Están todos muy solos y empiezan a armar esta nueva familia en el camino”, destacó Chocarro.
Acerca de su trabajo con Cassandra Sánchez-Navarro, el actor dijo que encontró en ella a una actriz comprometida y profesional.
Tiene muchas herramientas como un timing natural de comedia y se adapta a todo. Es muy lindo construir con ella. Soy de los actores que necesita ensayar, construir, platicar y hacer ejercicios y nunca tuve un no de parte de Cassandra, todo lo contrario.
Siempre fue en pro de la historia y de enriquecer los personajes. Fue muy divertido, liviano, comprometido cuando tenía que serlo, profundo cuando lo requerían las escenas, pero había un grado de confianza muy bonito”, acotó.
LA MADRE, UNA MUJER DE PIEL DURA
La actriz argentina Soledad Silveyra señaló que el personaje que hizo, Martina, la madre impositiva, fue hecho por un hombre en la versión original, por lo que tuvo que adaptarlo a sus zapatos y con él hablar de la relación entre una madre
y su hijo.
Es una mujer que ha sido muy injusta con su hijo. En esta película, existe la posibilidad de que se humanice esta persona. Es una mujer que se ha hecho sola, que es dueña de un imperio y que lo único que quiere es que su hijo sea el heredero, sin aceptar lo que quiere su hijo de la vida. Es muy duro el personaje, es agria
e imponente.
Me costó mucho trabajo, porque ésta es una adaptación de la película Ocho apellidos vascos, en la que el personaje era un vasco fuerte. Pensé en cómo llevarlo a un cuerpo femenino y lograr tal carácter. Trabajé mucho y con el director Celso García pude sacarlo
adelante.
No hay que digitar el futuro de los hijos, sino darles la libertad de poder ser lo que quieren. Eso me traigo de la película. Yo tengo hijos mayores que David, uno de 51 y otro de 49 años. Hoy son mis padres y me emociona decirlo, porque ante cualquier problema, a los primeros con quien acudo es con ellos y estoy también para contener y para nietos”, relató Silveyra, quien cuenta en su trayectoria en TV con títulos como Monzón, Vidas robadas, Amor en custodia, La ley del amor y Campeones de la vida, así como en películas como Despabílate amor, La panelista y Hoy se arregla el mundo, entre otros.
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Con Información de Excelsior